Actualizado el 20 septiembre, 2023
La escritura cuneiforme tiene sus orígenes en Mesopotamia y se considera como el método de comunicación más antiguo del mundo. En el presente artículo, le traemos toda la información necesaria para comprender de qué se trata este modo de escritura, su descubrimiento, la manera en que se interpretaba y más.
¿Qué es la Escritura Cuneiforme?
Para poder comprender qué es esta escritura, se debe conocer el origen del término cuneiforme. El significado de esta palabra vino dado por el profesor inglés Thomas Hude (1636 – 1703) quien lo empleó con el único fin de hacer referencia al tipo de escritura que se encontraba en Mesopotamia unos tres mil años antes de Cristo.
De esta forma, la palabra surgió de otra palabra latina conocida como “cuneus”, que traducida al español significa: “cuña”, y “forme”, siendo el equivalente de la palabra “forma”. Además, esta manera de darle la definición de cuña fue clave para la escritura, puesto que las características de la misma venían dadas de forma tallada.
Entonces, el término cuneiforme significa que posee una forma de cuña, la misma se entiende como una pieza que tiene un ángulo muy agudo. Dicho término también se empleaba como un adjetivo para poder describir las formas características que utilizaban algunos pueblos asiáticos en la antigüedad.
Tras muchos años, este tipo de escritura se consideró como la más antigua de todas. La misma era tallada sobre tablillas de arcilla húmeda con un tallo vegetal que tenía forma de cuña. Al pasar el tiempo, se fueron empleando otros tipos de materiales para poder grabar los caracteres, como fue el caso de la piedra o el metal.
Año del que proviene
De acuerdo a los registros históricos, la escritura cuneiforme fue empleada por primera vez en el año 3.400 a.C. Para un primer momento, las imágenes que se encontraban talladas en la cuña eran empleadas para recolectar los sonidos. Existe una alta probabilidad de que este tipo de escritura fuera la antecesora de los jeroglíficos egipcios y que fuera usada hasta el primer siglo después de Cristo.
Lo que contaban sus escrituras
Los textos que se encontraban tallados en las tablillas por medio de la escritura cuneiforme contaban muchos aspectos sobre la vida de estas sociedades, por lo general, estas tablillas estaban dirigidas a relatar la vida y los actos de las clases sociales más altas. No obstante, en estudios recientes realizados por la arqueóloga Betina Faist se reveló que las 90 tablillas de Bassetki, situado en la Región de Kurdistán, al norte de Irak y que antes formaba parte de Mesopotamia, hablan acerca de la ubicación de la ciudad real Mardaman en el Imperio Asirio.
Mardaman fue una ciudad que existió entre el 2200 y el 1200 a.C. En varias oportunidades fue considerada como una provincia, otras veces como una ciudad, asimismo fue conquistada y destruida en muchas ocasiones.
La historia de este lugar se remonta a la época en que existía la civilización Mesopotámica y a la parte más antigua de esta zona se le conoce como el Imperio Asirio, el primero en la historia. Mardaman, según se tiene registrado, fue destruida por primera vez en el año 2250 a.C. por Naram-Sin, el gobernante acadio más poderoso.
Nuevamente, la ciudad fue tomada y destruida a inicios del siglo XVIII a.C. En palabras del director de la excavación de Faist, el arqueólogo Pfälzner se comenta lo siguiente: “Los textos cuneiformes y nuestros hallazgos de las excavaciones en Bassetki ahora demuestran que ese no fue el final. La ciudad existió de forma continuada y alcanzó una importancia definitiva como la sede del gobernador asirio entre el 1250 y el 1200 a.C.”. Hasta los momentos esto es lo que se sabe acerca de esta ciudad que se creía perdida.
Su origen
El origen de la escritura cuneiforme estuvo asociado a la necesidad de poder contabilizar los bienes y transacciones que se ejecutaban para ese entonces. Cerca del 3000 a.C se empleaba un sistema de contabilidad por medio de fichas, también conocidas como tokens, que tenían formas geométricas (conos, discos, esferas, tetraedros, cilindros, ovoides), las mismas se mezclaban con un tipo de barro denominado bullae. Las primeras ilustraciones de esta escritura eran básicas, como por ejemplo, el ganado, una jarra, etc.
Para poder determinar la cantidad completa de un bien, por ejemplo el ganado, lo que se hacía era tomar dicha cantidad y la ficha sería la representación de ese ganado. Para poder asegurar que dichas anotaciones no fueran manipuladas, las fichas que contenían los numerales y el ganado eran introducidas en una bola de barro en donde quedaban selladas, impidiendo futuras alteraciones.
La utilización de este método para contabilizar sus pertenencias también estaba atada a un código hecho por partes, creado por la sociedad en ese momento. Bajo este principio, todos los miembros de dicha civilización tenían la concepción de que una de las fichas estaba destina al bien tratado, por ejemplo ”buey” y la otra ficha se encontraba representando la cantidad de dicho animal, que podría ser ”13”.
Para la época solo existían dos tipos de cuenta, las simples y las complejas, ambas eran parte del mismo mecanismo contable, no obstante, eran destinadas para otras secciones de la economía. Las cuentas simples estaban dirigidas a la parte de la agricultura y la materia prima, mientras que las cuentas complejas aparecieron cuando la civilización fue creciendo y convirtiéndose en ciudades.
Luego de esto, el tiempo transcurrió y la contabilidad evolucionó, las fichas pasaron a ser impresas en la parte externa de las esferas de barro y de esta forma, evitaban romperlas para saber su contenido. Este proceso de impresión en las esferas de almacenamiento, se conoce como el primer descubrimiento de las tabillas de la escritura cuneiforme.
En un inicio, la escritura por pictogramas no era adecuada para incorporar conceptos abstractos como los verbos y sus conjugaciones, los pronombres, etc. Es por esta razón que en las primeras tablillas se encontraron escritos en base a los sonidos. No obstante, con el paso de los años se encontró la manera de combinar ambas acciones para poder expresar palabras y dichos conceptos abstractos.
El sumerio era una lengua que se utilizaba mucho en ese entonces, es por este motivo que los miembros de Mesopotamia la adoptaron como su propia lengua. Dado que el valor fonético y el ideográfico se confundían con facilidad, crearon signos que tenían una manera determinada para leerse. Esta era la lengua original que se hablaba en Sumer, una antigua región del Oriente, en la parte sur de Mesopotamia, sin embargo, pronto fue desplazada por la acadia, aunque aún se consideraba como sagrada en la región.
La lengua acadia vino a ser el idioma que suplantó al sumerio, a pesar de esto, la misma se redactaba de manera cuneiforme con los mismos signos que había dejado su antecesor. Era hablada por varias civilizaciones que pertenecían a Mesopotamia, sin embargo no duró mucho, en la actualidad se considera una lengua muerta.
Descubrimiento
Europa supo de este tipo de escritura por medio del viajero italiano identificado como Pietro Della Valle, el mismo se estableció en Persépolis aproximadamente en el año 1621.
Cuando estuvo en ese lugar no solo dejó constancia de lo hermosa que fue la capital del Imperio aqueménida, también se dedicó a copiar una serie de signos que se encontraban tallados en las puertas del palacio y de los cuales existieron tres versiones correspondientes a lenguas diferentes: la persa, la babilonia y la elamita, esta última se considera como una lengua extinta. Este viajero fue el primero que dio a conocer la escritura cuneiforme, no obstante, no la estudió.
Difusión y extinción
Esta escritura cuneiforme fue tomada por los Acadios durante el III milenio, estos eran miembros de uno de los imperios más grandes de la antigua Mesopotamia, conocido precisamente como el Imperio Acadio, el cual abarcaba una extensión de terreno que cubría toda Siria y parte del Líbano. De esta forma de escribir conservaron el carácter de ideograma para poder expresar conceptos complejos, también decidieron adoptar el valor fonético. No obstante, le añadieron más signos para poder adaptarlo a su propio vocabulario y así superar la cualidad monosílaba del idioma sumerio.
Leer los signos sumerios conllevó algunas consecuencias para los Acadios por el valor fonético que estos poseían, sin embargo, esto se arregló al integrar algunos de los signos propios de ellos, por ejemplo: el ideograma “tierra” o “cordillera” se leía “kur” en sumerio, pero también “mat” y “sad” significaban tierra y montaña, en acadio. Esta limitación persistió por un largo período de tiempo.
El texto cuneiforme más antiguo se conoce como ”Acadio Antiguo’‘, el mismo fue realizado durante la conquista de este imperio sobre los Sumerios. Luego de que los Acadios suplantaran el idioma sumerio, la ciudad de donde provenía este idioma conocida como Sumer pasó a ser uno de los lugares más pobres, hasta que fue unificada por el emperador Gudea de Lagash (m. h. 2124).
Luego de esto, surgió la fase Hammurabi (m. 1750). En ella se creó un código escrito en babilonio antiguo cuneiforme, cuyo contenido asentó las bases para el babilonio medio y reciente. Por otro lado, el estilo cuneiforme asirio antiguo surgió con los colonos asirios que se encontraban haciendo intercambios en Anatolia. Dicho estilo fue adoptado por parte del Imperio antiguo de la región de Asiria y constituyó una de las partes más importantes de la región, pues al haber tomado esta escritura, la añadieron a su vida cotidiana y sirvió como base para las siguientes generaciones.
Pronto se encontró en auge el neoasirio, este estilo de escritura se desarrolló y conservó en miles de piezas de los grandes palacios. Esta fue la etapa siguiente del Imperio Asirio, en donde se perfeccionaron muchas técnicas de su anterior reinado, entre ellas la base política que contribuyó a los posteriores reinados. No obstante, el estilo cuneiforme conservó los aspectos fundamentales de los signos que iniciaron este estilo de escritura.
Luego de la caída de Asiria (612) y Babilonia (539), una vez que el arameo se había convertido en la “lingua franca”, muchos datos de ambos lugares lograron salvarse en textos de la escritura cuneiforme, casi hasta el cambio de Era. No obstante, la muerte de este estilo de escritura fue muy repentina y casi total. Algunas de las culturas cuneiformes como la hurrita, hitita o urartia fueron olvidadas en la historia, al perderse mucha de su información en los textos.
Una vez muerto este tipo de escritura, se dio paso a la escritura fenicia, la misma se desarrolló con rapidez en muchas zonas del mundo, más que todo en la Europa mediterránea. El estilo cuneiforme no pudo abarcar un sistema tan preciso y exacto como el que presentaba la escritura fenicia. Hacia el 500 a. C. No se tenía ningún tipo de información sobre la escritura cuneiforme, ni siquiera la civilización griega pudo dar con algún rastro de lo que había sido esta forma de escritura.
Descifrado de estas escrituras
En el año 1835 Henry Rawlinson, un oficial de la armada británica, dio con la Inscripción de Behistún, justo en un acantilado en Behistún en Persia. Esta tablilla fue hecha durante el reinado del rey Darío I de Persia, la misma estaba formada por un texto que reflejaba las tres lenguas más habladas en ese entonces: persa antiguo, babilonio y elamita. Por medio de ella se encontró un modo para realizar las traducciones de la escritura cuneiforme.
Rawlinson pensó que el texto en persa estaba hecho a manera de sílabas y esta deducción fue acertada. De manera independiente, el asiriólogo (persona perteneciente a una ciencia clásica, por ejemplo, la arqueología) Edward Hincks, de origen irlandés, realizó colaboraciones en las traducciones. Una vez que el texto persa estuvo descifrado, Rawlinson y Hincks trabajaron en conjunto para traducir los dos restantes. Llevar a cabo esta labor, también fue posible gracias al descubrimiento de la ciudad de Nínive por Paul-Émile Botta en 1842.
Uno de los tesoros encontrados por Botta fueron los restos de la gran Biblioteca Asurbanipal, entre los materiales encontrados en esta biblioteca había un gran número de tabillas de arcilla y en ellas estaban textos escritos en estilo cuneiforme.
Para el año 1851, Hincks y Rawlinson pudieron leer al menos 200 signos babilonios. Luego, se les sumaron dos criptólogos (expertos en el cifrado de escritura secreta), un joven estudiante proveniente de Alemania llamado Julius Oppert y el versátil orientalista británico William Henry Fox Talbot. En 1857 estos cuatro hombres se reunieron en Londres para conocerse y participar en un experimento para traducir las tablillas.
Edwin Norris, el secretario de la Real Sociedad Asiática, le proporcionó a cada uno una copia de unos de los textos encontrados, los cuales hablaban acerca del reinado del emperador asirio Tiglath-Pileser I. Se llamó a un jurado de expertos en cifrado de textos para poder juzgar de manera imparcial las traducciones resultantes de los cuatro individuos. Luego de un exhaustivo estudio de las mismas, se determinó que todas concordaban con exactitud en los puntos más importantes.
A pesar de esto, se denotaron ciertas discrepancias. Talbot al ser el más inexperto había cometido algunos errores, y la traducción de Oppert contenía algunas palabras dudosas, pero esto se veía asociado al hecho de que no manejaba el inglés de manera adecuada. No obstante, las versiones dadas por Hincks y Rawlinson fueron las más idénticas. Los jueces quedaron conformes con las traducciones vistas y se declaró que la escritura cuneiforme acadia era un hecho ya realizado.
Transliteración
La escritura cuneiforme está conformada por muchos signos cuya traducción es complicada, es por este motivo que muchos de los consultores de este tipo de escritura han tenido que recurrir a la utilización de lo que se conoce como transliteración.
El objetivo de este método es colocar los signos cuneiformes en otro sistema de signos tal y como fueron escritos. Lo que se busca hacer con la transliteración de lo cuneiforme al lenguaje latino es poder dar sentido a lo que se encuentra tallado.
Dicho de otra manera, este método consiste en una reconstrucción de los signos, uno a uno. Ahora bien, para que una transliteración se considere óptima debe permitir comprender cuáles son los signos y de qué forma están escritos.
Tipo de escritura y materiales utilizados
En este tipo de escritura se establecieron unos seiscientos signos a partir de los 2500 años a.C. Una de las cualidades más resaltantes de ella, es su carácter polivalente, es decir, que todos sus signos creados no eran usados para un solo propósito, sino que podían escribirse para más de un significado. De igual manera, se presentaban textos con características polifónicas, lo que significa que varias partes de la narrativa tenían sus propias voces o sonidos.
A pesar de que estas dos cualidades tenían muchos beneficios para la escritura cuneiforme, la realidad es que atraía muchos problemas. A continuación exploraremos a mayor detalle los problemas que implicaba este sistema de signos.
Logogramas
Los logogramas eran aquellos signos que poseían la característica polivalente, los mismos eran empleados para varias palabras y constituían el método más básico y obsoleto de la época. Un dato curioso, es que estos son los signos más próximos a los ya conocidos pictogramas y también, los ideogramas.
Estos últimos se entendían como signos que conllevaban una idea, mientras que los pictogramas eran signos que representaban una cosa por medio de un dibujo legible. No obstante, a pesar de que este tipo de escritura se ha comparado con los pictogramas, la verdad es que guarda más relación con los logogramas y la escritura china.
Fonogramas
Estos son signos que vienen con una estructura fonética ya determinada. Para el caso de la escritura cuneiforme, dicha estructura venía dada por sílabas, con la única excepción de los signos que eran hechos para las vocales. Los fonogramas pueden servir para representar sílabas de la siguiente manera: consonante/vocal (mu-bi-re), vocal/consonante (am-ir-es), consonante/vocal/consonante (pal-rem-pat), también para las vocales solas.
Complementos fonéticos
Los complementos fonéticos se tratan de una serie de signos que son añadidos al texto con el fin de contribuir a la lectura de los mismos, la verdad es que estos signos no tienen la necesidad de ser leídos. En vista de que la escritura cuneiforme tiene diversos medios para representarse, es vital la utilización de estos complementos para poder marcar la distinción en la lectura. Un ejemplo, existe un signo en sumerio que tiene muchos significados, entre ellos destaca poner/colocar pero también puede significar pan/comida.
Entonces, si se encuentra este signo en un contexto ambiguo, es muy probable que la lectura del texto se dificulte y se de con el significado erróneo. Para este tipo de casos es necesario un complemento fonético que garantice discernir que la lectura que se está realizando trata sobre un tema y así poder comprender cuál es el significado correcto al signo que se muestra.
Por lo tanto, dicho complemento no representa un signo que deba ser leído en realidad en el texto, solo indica cuál es el modo más apropiado para continuar con la lectura que se está haciendo. No obstante, este signo no era muy necesario o mejor dicho, requerido para la escritura cuneiforme, quienes se encargaban de realizarla tomaban la decisión de introducirlos sólo si pensaban que era lo más adecuado para el texto.
Instrumentos utilizados para escribir
Los instrumentos empleados para poder escribir este lenguaje eran dos: la ya mencionada cuña y el gancho. La cuña se podía manejar de muchas maneras, esto se hacía con el fin de elaborar figuras de diferentes tamaños y formas que sirvieran para reproducir de manera precisa el signo que se deseaba plasmar. El gancho por su parte, o también denominado punzón, era el instrumento requerido para poder realizar los trazos sobre la pieza.
Las cuñas estaban hechas de un material arcilloso, para poder grabar la escritura cuneiforme la misma debía estar lo mas húmeda posible, puesto que así se lograba mejor la inscripción del texto en cuestión. Esta herramienta poseía un tamaño aproximado de 7 cm de alto, de ancho se calculaban unos 5 cm y en cuanto al grosor, por lo general eran 2 cm.
Por otro lado, el gancho o punzón era el instrumento predilecto para poder grabar los signos sumerios en las cuñas. Sin embargo, esta herramienta ya era conocida con anterioridad, pues se había empleado para otros tipos de trabajos, puesto que su uso no solo abarca el tallado en arcilla, también se puede usar en otros tipos de materiales como el mármol, la piedra o el marfil. El punzón es un fragmento de metal alargado con una punta fina con la que se realizaba la labor de escribir en la arcilla.
En la escritura cuneiforme, se sabe que a medida que los años pasaron se fueron agregando nuevos signos y maneras más simples para su lectura, pero también se hicieron avances en cuanto al grabado. La piedra pudo haber sido otro de los instrumentos utilizados para escribir, utilizando el punzón como material de escritura.
Los Escribas
En Mesopotamia la educación era bastante exclusiva, principalmente era un privilegio propio de la clase más alta de la civilización. Es por este motivo que la carrera de escribano era considerada una buena elección y por lo general venía por herencia de las familias.
Un escribano era una persona a quien se le autorizaba por ejercicio público, redactar los hechos que acontecían a su alrededor. De la misma manera, cumplían con la labor de hacer las cartas y testamentos de la realeza. Por lo tanto, el escriba o escribano, era el encargado de tallar en la arcilla todos los eventos que le solicitaba la alta sociedad.
Los escribas comenzaban su aprendizaje desde muy pequeños y eran protegidos por la diosa sumeria Nisaba, de esto se tiene conocimiento dado que muchos de los escritos encontrados terminaban con la frase: “Nisaba zami” (¡oh, Nisaba, loor!), rindiendo honores a esta deidad. Sin embargo, años después el puesto fue ocupado por el dios Nabu de Borisippa, el mismo era simbolizado con una cuña.
Al maestro encargado de impartir estar carrera se le llamaba ummia, y podía ser asistido por un adda é-dubba (padre de la casa de las tablillas) y un “ungula” (dependiente). Se tiene conocimiento de que gran parte del aprendizaje de los jóvenes escribanos venía dado por el sistema que denominaban ”gran hermano”, allí los estudiantes de mayor edad enseñaban a los más pequeños las labores que ellos ya habían aprendido.
Lo primero que aprendían estos estudiantes era cómo construir una tabilla y cómo utilizar una cuña. Para esto practicaban con “cuneos” verticales, horizontales e inclinados una y otra vez. Posteriormente realizaban una lista de signos básicos, estos no se comprendían como aislados entre ellos, sino como una serie conjunta conformada por diferentes sílabas. De esta manera, si el signo A valía para á, ya, duru, e, a, entonces ellos debían aprender que A era un signo que abarcaba cada uno de esos significados.
Las tablillas encontradas denotan que el primer estudio que realizan se basaba en sus nombres, se tiene la suposición de este hecho puesto que la escritura en ellas se veía algo descuidada.
Una vez que el estudiante entendía y perfeccionaba su técnica, entonces podía empezar a redactar literatura sumeria. La mayor parte de esta literatura se ha conservado por medio de las copias escolares que se han encontrado. Además, se deduce que uno de los métodos de enseñanza radicaba en el dictado, ya que muchos de los textos estaban repetidos. No obstante, casi todas estas copias poseen muchos errores, lo que dificulta su reconstrucción.
Mujeres escribas
Según la historia que se tiene sobre los escribas, se sabe que gran parte de ellos eran del sexo masculino, no obstante, el ser mujer no constituía ningún impedimento para estudiar esta carrera. Los primeros datos acerca de este hecho empezaron a surgir en el tercer milenio a.C., en el período acadio y cuyo nombre era Nin-UN-il.
Se tiene la teoría de que la presencia de mujeres en este tipo de labor era para cubrir la necesidad de impedir que los hombres ingresaran al palacio real (donde vivían las mujeres de la familia real) y era especialmente aplicado en ciertas comunidades en donde las mujeres eran consideradas sagradas.
Datos adicionales sobre la Escritura Cuneiforme
Al ser una de las más antiguas, la escritura cuneiforme posee ciertos aspectos o detalles que muchas personas ignoran, puesto que se dieron a conocer de manera muy reciente. Entre los aspectos más importantes destacan los siguientes:
La escritura cuneiforme no se considera un idioma
El sistema por el que se rige esta escritura no es un alfabeto o letras. La misma emplea un aproximado de 600 a 1.000 signos para poder escribir palabras, sílabas o parte de ellas.
Se sabe que los dos idiomas que emplearon este tipo de escritura fueron el Sumerio y el Acadio, estos en la actualidad se encuentran ubicados en Iraq, no obstante, muchas otras lenguas emplearon este sistema. Si este estilo de escritura se utilizara en la época actual, la misma se emplearía para una gran variedad de idiomas, entre ellos el chino, húngaro, inglés o español.
La escritura cuneiforme representa un reto a descifrar
Hoy en día hay muchas personas que son capaces de realizar una lectura excelente sobre esta escritura e incluso pueden vivir de realizar sus traducciones, sin embargo, los mismos admiten que es la escritura más difícil de todas. Esto se debe a que su interpretación requiere saber otras lenguas muertas y miles de signos, los cuales poseen una gran variedad de significados y sonidos.
Los niños son capaces de entenderla y manejarla
El British Museum tiene la peculiaridad de hacer visitas escolares, donde los niños que llegan a conocer este tipo de escritura crean un gran interés por ella, esto se debe a la manera en la que está hecha (en arcilla). Muchas de las tablillas que se encuentran en el mencionado museo hacen alusión a muchos ejercicios de caligrafía y ortografía realizados por los niños.
La escritura cuneiforme posee importancia en la actualidad
La importancia de este estilo de escritura radica en la propia fascinación de las personas por poder leer una carta o texto con más de 4000 años de antigüedad. Por medio de la escritura cuneiforme se puede conocer de manera más profunda la vida sobre las personales de la realeza de ese siglo, sus escribas, la cultura, la vida cotidiana e incluso la religión y la política.
Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información brindada haya sido de gran ayuda. Le hacemos la invitación a leer también: Códice Calixtino y Códices Aztecas