Actualizado el 20 septiembre, 2023
Los códices Aztecas son escritos de la época prehispánica y post conquista que cuentan sobre la cultura mexicana y sus formas de organización social, económica y religiosa, nos hablan de las culturas originarias de este maravilloso país. Te invitamos a conocer todo sobre los códices aztecas, aquí.
Códices Aztecas
Los Códices Aztecas son libros que fueron escritos por pobladores mesoamericanos en la época de la colonia azteca, algunos de ellos son copia de otros documentos perdidos que datan de la época precolombina, entre los que se pueden resaltar el Códice Borbónico, el Códice Mendocino, el Códice Boturini o también reconocido como la Tira de la Peregrinación, el Códice Magliabechiano, el Códice Cozcatzin, el Códice Osuna y el Códice Aubin, solo por nombrar algunos de los documentos que describen y resguardan mucho de la cultura azteca.
En los códices Aztecas se refleja cómo era la vida religiosa, su cultura, ordenamiento social, la economía que sustentaba a la misma, entre otros aspectos. Se caracterizan por estar desarrollados en pictografías, las cuales tienen un mensaje que debe ser interpretado, no encontraremos en los códices aztecas prehispanicos narraciones habladas o escritas.
Cuando se realiza una descripción integral de los códices aztecas, los cuales fueron desarrollados en dos épocas que pueden identificarse claramente como época precolombina y colonial luego de la conquista de los españoles, podemos reconocer que los estos escritos no tienen únicamente pictogramas.
Esta es la cultura originaria que fundó México-Tenochtitlan hacia el siglo XV en el período posclásico tardío, sin embargo, también se encuentran códices referidos en castellano y en algunas oportunidades en latín.
Actualmente se tiene un acceso restringido a los códices anteriores a la conquista española de México, se sabe que el oficio de la persona que pintaba o escribía los jeroglíficos, ideogramas y pictogramas en el antiguo México, era conocido con el nombre de tlacuilo, el cual se modificó de manera considerable con la llegada de la cultura colonial.
Actualmente existen profesionales que se dedican a descifrar el mensaje de las pictografías de los códices aztecas y documentos del lenguaje náhuatl de la época colonial, con la finalidad de conocer el origen de su cultura y el punto de vista de los indígenas de la época, lo cual definitivamente es de mucho valor para las generaciones actuales.
Por todo lo antes expuesto, comentaremos acerca cada uno de los códices aztecas para conocer su mensaje, cultura, religión, organización social y valorar el legado de estas antiguas civilizaciones mexicanas.
Códice Borbónico
Este es uno de los códices aztecas que fueron desarrollados por los mexica que son de filiación nahua. Estos códices fueron elaborados a comienzos de la época colonial española, los mismos estuvieron resguardados en el Monasterio de El Escorial en la localidad española de San Lorenzo de El Escorial, en Madrid hasta la guerra de la Independencia de México.
Posteriormente fueron llevados a Francia, se desconoce la manera en cómo llegaron a ese país, pero cuando fueron regresados a México estaban incompletos, habían quitado las primeras y últimas hojas del códice Borbónico. Luego fueron comprados en el año 1826 por la biblioteca de la Cámara de los Diputados de París, en donde permanecen hasta la fecha.
El códice Borbónico recibe su nombre por el Palacio Borbón de París, sin embargo, existe una propuesta realizada en el año 2004 de cambiar su nombre por Codex Cihuacóatl, fundamentada en los estudios que han realizado Gabina Aurora Pérez y Maarten Jansen, ambos expertos de la cultura indígena mexicana y por supuesto de los códices aztecas, quienes consideran que se debe hacer honor a la cultura, siendo la diosa Cihuacóatl, mujer guerrera y protectora de suma importancia para los mexicas.
El contenido del códice Borbónico es de rituales y calendárico, debe ser leído de izquierda a derecha e incluso algunas de sus páginas deben ser giradas 90° en sentido contrario a las agujas del reloj para poder ser leídas y encontrar el verdadero sentido de su mensaje. Se pueden identificar diferentes estilos en las iconografías que conforman este códice azteca, por lo que se infiere que el mismo haya sido elaborado por diferentes tlacuilos o escribientes.
Persiste en la actualidad la disyuntiva sobre si los códices Borbónicos fueron realmente realizados en la época posterior a la conquista española o antes de ella, existen estudios minuciosos que han permitido fortalecer la hipótesis de que los mismos fueron elaborados antes de la conquista, este estudio se fundamenta en la manera en que es representada la sangre en las pictografías post conquista.
En la post conquista la sangre se plasma de manera realista y dramática, mientras que en los códices elaborados antes de la conquista o prehispánicos es representada de manera simbólica, de esta última manera aparece referida la sangre en los códices Borbónicos.
No obstante, en contraposición a este hallazgo e interpretación, se encuentra el hecho de que en los códices Borbónicos se pueden identificar espacios en blanco que se dejaban para permitir su descripción en español, lo cual es un rasgo post conquista, por lo tanto, la diatriba del período al que pertenecen los códices Borbónicos sigue en discusión.
No podemos dejar de dar nuestra humilde opinión en referencia a este valioso material que pertenece al pueblo mexicano y la testaruda posición de los países colonizadores de mantener el resguardo de los códices Borbónicos originales.
Las guerras de la conquista fueron violentas y abusivas, es claro para todos que fue un error del pasado la manera en cómo se efectuó el acercamiento con el “nuevo mundo” y no se buscan culpables, ni juicios en referencia, se debe reconocer que la conquista cambió el curso de la historia y también nutrió de alguna manera las culturas de los países colonizados.
Sin embargo, se debe considerar al estar conscientes de ello, que los errores del pasado pueden ser reconocidos y de una manera honorable revertir su impacto e intención, al aceptar que fue inapropiado. México tiene una copia incompleta de los códices Borbónicos, que se encuentra en el archivo histórico del Museo Nacional de Antropología, mientras que el original de los escritos se mantiene en París.
Esta realidad es definitivamente una posición altiva y de dominación que debe ser corregida, los códices Borbónicos pertenecen al pueblo de México, aún y cuando hayan pagado en algún momento de la historia por ellos.
Descripción
El Códice Borbónico está escrito sobre papel amate, el cual es un papel artesanal elaborado desde la época prehispánica en México, el mismo es fabricado con dos tipos de fibra vegetal. Estos códices aztecas se escriben sobre una tira de papel amate larga, que se encuentra pintada por un solo lado y fue doblada en forma de acordeón o formato de biombo.
Los códices aztecas Borbónicos fueron originalmente concebidos con 40 hojas, las cuales se conservaron hasta el siglo XVIII, sin embargo de manera misteriosa las dos primeras hojas y las dos últimas fueron arrancadas del códice. Cada hoja tiene una dimensión aproximada de 39 centímetros de largo por 39.5 centímetros de ancho. La extracción de la última hoja mutiló parte de la hoja número 38, a la cual le falta una banda de 4 centímetros aproximadamente. Este códice al ser desplegado por completo supera los 14 metros de largo.
Se puede determinar que las hojas habían sido preparadas para ser pintadas de ambos lados de la cara del papel, ya que las mismas debían ser de alguna manera suavizadas en su textura, para ello se raspaba la fibra y esto generaba un brillo, el cual puede ser visto en las hojas al reverso de este códice azteca, sin embargo, como señalamos solo están pintados por un solo lado.
Otra característica que hay que resaltar es que estos códices aztecas han sido estudiados por cuatro intérpretes diferentes en el siglo XVI, es decir posterior a su elaboración, por lo tanto se pueden observar comentarios escritos por ellos en el mismo.
Este códice azteca está conformado por cuatro secciones, las cuales indicaremos a continuación: La primera es un tōnalpōhualli, es un libro de los días o almanaque adivinatorio que muestra 260 días. La segunda sección reseña la asociación de los 9 Señores de la Noche, la tercera muestra las fiestas calendáricas y la cuarta sección muestra las fechas durante un período de 52 años.
Secciones del Códice
A continuación daremos un mayor detalle de cada una de las secciones por las cuales está conformado este códice azteca. La primera sección consta originalmente de 20 páginas, sin embargo recordemos que fueron extraídas las páginas 1 y 2.
En cada una de las 18 páginas hay un recuadro de tamaño grande ubicado en la parte superior izquierda de la hoja, en donde se ha dibujado la deidad que preside ese período, acompañado con figuras de culto. En recuadros de menor tamaño que se ubican abajo y a la derecha del recuadro mayor, se pueden identificar 20 signos de los días, los cuales se encuentran combinados con 13 numerales, que conforman el ciclo adivinatorio de 260 días.
Para entenderlo de una manera más sencilla podemos hablar de 20 secciones de 13 días. Los signos permiten corroborar los nombres de los días en mixteco y el uso de un lenguaje especial de los nombres correspondientes a esta cultura.
Con la serie de los 13 Señores del Día y sus Aves Agoreras las cuales son presagiadoras de las desdichas y los 20 logogramas de los días con sus numerales que van del 1 a 13, se encuentran relacionados con los 9 Señores de la Noche. El códice Borbónico debe ser leído de izquierda a derecha y de manera horizontal, vertical hacia arriba o ascendente.
Las páginas 21 a la 22 comprenden la segunda sección y se conoce también como el calendario redondo, en esta parte del códice azteca se muestran la relación de los 9 Señores de la Noche y los portadores de los días de los períodos de 52 años.
Se debe destacar que en el centro de cada una de las páginas hay un cuadrado grande en donde están pintadas las deidades Oxocomo y Cicpatonal en la página 21, mientras que el página 22 se encuentran Quetzalcoatl-Ehecatl y Tezcatlipoca. Rodeando este recuadro central se encuentran cuadros más pequeños con símbolos que muestran a uno de los Señores de la Noche y un glifo que indica el día.
A partir de la página 23 hasta la 36 es la tercera sección conocida como el calendario solar de los 365 días. Este muestra los ritos de las veintenas del año solar, están divididas con líneas verticales segmentando en 18 espacios cada una de las veintenas. Así se muestran las 18 fiestas, en donde el espacio determinado para cada una de ellas difiere en su ancho y cada fiesta es diferente. Cuando las líneas verticales son más tenues de lo normal indican separaciones en fracciones de una misma veintena y no entre períodos.
Por último la sección número cuatro, la cual va de la página 37 a la 38, recordemos que las páginas 39 y 40 fueron sustraídas, se le llama Xiuhmolpilli y muestra un nuevo ciclo de 52 años, incompleto.
Códice Boturini
Este es otro de los códices aztecas, que relata la historia de los mexicas y la fundación de una nueva ciudad. Se le conoce con el nombre de códice Boturini porque perteneció a Lorenzo Boturini Benaducci, quien fuera un historiador y cronista de las culturas indígenas de Nueva España.
Es muy cierto que existen infinidades de fuentes que cuentan la historia de cómo los mexicas lograron la fundación de México Tenochtitlan; no obstante, el más importante y significativo de estos relatos es el Códice de Boturini, porque en él se narra la historia desde la salida de los mexicas desde una tierra lejana y antigua, hasta la llegada al valle de México.
Lamentablemente este es otro de los códices aztecas que se encuentran incompletos, a pesar de ello es uno de los documentos originales que cuenta la historia del país mexicano, de hecho se considera el documento escrito más antiguo que habla sobre la migración azteca con detalle.
El códice Boturini es conocido popularmente con el nombre de la Tira de la Peregrinación, al igual que el códice Borbónico, este fue doblado como acordeón o en forma de biombo. Existe la inferencia de que puede ser una copia de un documento mucho más antiguo.
La historia que se cuenta en cada una de sus láminas, dice que el Dios Huitzilopochtli ordenó a los aztecas abandonar Aztlan, que es la tierra de origen, su nombre traducido al español significa “lugar de garzas” o lugar de mucha blancura, según la historia mexicana se infiere que este es un lugar que se encuentra al norte de México y además es una isla que se encontraba poblada de garzas.
Este hermoso manuscrito relata con detalles impresionantes la peregrinación que llevaron los Tecnochcas mexicas y ha permitido su información poder reconstruir la ruta de peregrinación o migratoria. Se estima que la migración duró 187 años, la interpretación de los pictogramas, sitios, sucesos históricos y fechas han permitido recuperar y estimar el tiempo.
El relato comienza con la fecha uno Ce-tecpatí que indica el inicio de la peregrinación, asimismo se indican en cada una de las láminas los lugares por donde pasaron y los sitios donde tuvieron que establecerse durante el recorrido, indicando para ello el topónimo del lugar, es por ello que actualmente se puede decir que estuvieron en Chapultepec, Tula, Xaltocan, entre otros.
La historia está relatada fundamentada en cuatro personajes que representan los calpulis de cada tribu, era como se identificaban a los líderes, cada grupo tenía un dios pero el principal era Huitzilopochtli. También se relatan las guerras, enfrentamientos, enfermedades, festividades y otros acontecimientos relevantes para la cultura, como la elaboración del pulque, una bebida alcohólica.
Se dice que este códice es un copia de uno más antiguo, porque tiene características que indican que fue elaborado en el período post colonización, debido a que hay dibujos de especies vegetales europeas, así como también una modificación de la presentación de los perdedores, los cuales en el período prehispánico eran presentados desnudos, como un signo de humillación.
Sin embargo, en este códice Borturini aparecen vestidos, por lo que se infiere que existió en la réplica influencia de los colonizadores. Ahora, ¿cuál sería la razón de que los españoles solicitaran reescribir la historia de la peregrinación?. Los estudiosos infieren que se debió al fracaso de querer implementar su religión, por lo que necesitaban conocer más sobre su cultura.
Descripción
Este es uno de los códices aztecas elaborado en papel de fibra vegetal, cuando es desplegado en su totalidad llega a medir 5.49 metros. El documento proviene de la zona central mexicana, está dividido en 21 láminas que miden 19.8 de largo por 25.5 cm de ancho.
Las láminas se encuentran pintadas por un solo lado. Otra características que se debe resaltar, es que se trata de uno de los pocos códices aztecas que no se encuentra coloreado, para realizarlo solo fueron utilizados dos colores: el rojo y el negro. Asimismo, se establece para este códice azteca una fecha de elaboración entre los años 1530 y 1541.
Algunas láminas muestran vestigios que indican que pudieron contener elementos pictográficos que posteriormente se borraron. También existen otras láminas en las que es posible apreciar notas alfabéticas en la lengua náhuatl, que se cree fueron añadidas con la finalidad esclarecer o corregir algunas secuencias pictóricas.
Se caracteriza también por tener un margen dorado enmarcando las láminas de estos códices aztecas, todas lo presentan. Este borde se encuentra bastante conservado en algunas láminas, mientras que en otras se ha borrado casi por completo, sin embargo la concepción de proporcionar un marco como este al documento pictórico no corresponde al pensamiento indígena, sino más bien a una manera de adorno colonial. El documento se encuentra interrumpido en la lámina 22 del códice.
En la última lámina del códice se encuentra una etiqueta con letras impresas, que proviene del momento en que el manuscrito fue exhibido en Londres en el año 1824, en donde se señala en idioma inglés lo siguiente: “Un manuscrito azteca muy fino sobre maguey en 21 pliegues, u hojas, en el que se representan las migraciones de esa gente extraordinaria; se considera en México como el más perfecto y valioso existente de ese tipo”. Debemos destacar que el material utilizado para elaborar el códice azteca no es maguey sino amate.
Temática de la obra
Estos códices aztecas relatan con lujos de detalle la travesía que emprendió por mandato de su Dios el pueblo azteca. Muestran a la mítica Aztlán, tierra de origen desde donde partieron hasta su llegada a Chapultepec, en el valle de México, allí fundarían a la ciudad de Tenochtitlán.
Las primeras láminas muestran el islote con las casas y un templo, también se muestra una pareja humana donde solo la mujer tiene nombre, el cual es indicado con un jeroglífico. Asimismo se muestra la manera en que se trasladaban cuando debían cruzar el agua hacia tierra firme.
También se indica la fecha en la que se inicia la peregrinación, la cual es identificada por las figuras de pies descalzos que representan la acción de caminar hasta llegar a un lugar indicado como Culhuacan, en donde se indica la construcción de un templo.
Obedeciendo el mandato de su Dios, parten de su tierra con la figura de la deidad Huitzilopochtli; su travesía es de pesar y esfuerzo, ya que en el recorrido deben atravesar zonas desérticas. En un principio estaban acompañados por varias personas de poblados cercanos, sin embargo debieron separarse porque así lo pidió su Dios.
En su travesía se encontraron con divinidades o demonios llamados mimixcoas, a quienes sacrificaron para brindar una ofrenda a su Dios. Luego de esta demostración de adoración y respeto, Huitzilopochtli les dio otro nombre y los llamó mexicas, consagrados con la entrega de su arco, la flecha y la red por parte de esta deidad.
Siguieron su camino y se asentaron por primera vez desde que salieron de Aztlan en Coatlicamac y Cuextecaichocayan. En la lectura del códice Boturiri se puede identificar que llegaron a un lugar llamado Tollan, allí se asentaron por un período de 20 años.
Luego partieron para llegar al lago Texcoco y en el camino se mantuvieron errantes, atravesaron varias zonas como Tlemaco, Atotonilco, Tulpetlac, Cohuatitlan, entre muchos otros, pero fue en este último lugar donde descubrieron el maguey y aprendieron a elaborar la bebida llamada pulque. También cuentan estos códices aztecas que fueron ferozmente atacados por otro pueblo y se vieron obligados a establecerse por un tiempo en Pantitlan, en donde también fueron víctimas de una epidemia.
Posteriormente, un poco más fortalecidos, emprenden viaje hasta que llegan a Chapultepec en donde permanecen 20 años más, son tomados prisioneros por el tlatoani de Colhuacan y los hace luchar en una batalla contra los Xochimelcas.
El tlatoani les pide a los mexicas que maten a cada prisionero y le corten las orejas, las cuales deben llevárselas para poder demostrar su obediencia y hazaña. Los mexicas elaboraron hojas de obsidiana y en lugar de cortar las orejas deciden cortar la nariz, llevando una sola pieza por enemigo. Hasta aquí llega el relato del Códice Boturini o Tira de la Peregrinación.
Luego en el Códice Mendocino del cual hablaremos más adelante, muestra a Tenoch, un sacerdote que avista la profecía de su Dios Huitzilopochtli, quien les señaló un águila sobre un tunal como el lugar elegido por él para que se asentaran, es así como llega la época en donde los mexicas se establecieron y fundaron Tenochtitlan, que se traduce como el lugar cercano al tunal.
Pictografía
El códice Boturini, al igual que los otros códices aztecas, refleja con claridad la manufactura indígena. El texto pictórico permite identificar un documento prehispánico por los dibujos, el trazo y la composición. Un detalle que se debe destacar en la pictografía de estos códices aztecas son los pliegues de las tilmas, que corresponden a un tipo de prenda. Por otro lado, aunque en la pictografía prehispánica los bordes no son pintados, en este códice azteca de Boturini si se encuentran detallados así, aunque no de manera sistemática.
También se observa en algunos de los personajes la aparición de las cejas encima de los ojos, los que se identifica como un realismo que es ajeno a la cultura indígena. En los códices aztecas reconocidos y comprados que pertenece a la época prehispánica, las cejas están asociadas solo a los personajes que se encuentran relacionados con el inframundo. En la forma de la copa de los árboles también se observan semejanzas con especies europeas, al igual que la especificidad en el tamaño del tallo del árbol.
En este mismo orden de ideas se identifica un muro de ladrillos en la lámina 15, que hace referencia al nombre de Tetepantzin, que significa muro de piedra como indicando fortaleza y reconocimiento. En el pictograma está representado literalmente con un muro de ladrillos, el cual es un material totalmente ajeno a la cultura azteca de la época, más bien es un material totalmente colonial.
Igualmente, en la lámina 21 se identifica la bolsa xiquipilli que es el saco donde serían guardadas las narices que cortarían a los prisioneros Xochimelcas para luego ser llevada a Tlatoani, no obstante, es un saco de tipo español, mientras que el saco típico indígena puede ser reconocido en la lámina 22.
Sigue siendo un misterio el hecho de que este códice azteca no haya sido concluido y cuáles serían las razones reales de este hecho, es posible que de ser genuinamente prehispánico, su escritura haya podido ser interrumpida por las situaciones colonialistas que se presentaron en la época.
No obstante, gana más credibilidad el hecho de que el códice estaba siendo reescrito y por razones de otra índole fue suspendida su reelaboración. Los indicios gráficos que revelan una leve influencia española en el códice, no implican que este no pueda haber sido realizado en los primeros años de la colonia.
Códice Mendocino
El Códice Mendocino o también llamado Códice Mendoza, recibe su nombre ya que pertenece a los códices aztecas que fueron mandados a elaborar por el virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, con la finalidad de dar a conocer al emperador Carlos V detalles de los antiguos mexicanos. Esto sucedió en los años 1535 a 1550, por lo tanto, sin lugar a dudas el Códice Mendocino corresponde a la época post colonial.
Este códice comenzó a ser elaborado poco después de la Conquista, aún y cuando hubo la intervención de los españoles o al menos su influencia requirió el trabajo de los Tlacuilos, es por ello que las figuras mantienen el carácter de los jeroglíficos antiguos.
Para su elaboración se tuvo que conformar un equipo de trabajo, entre los que contaban las personas que elaboraban los colores para pintar las pictografías, otras personas que conocían de la historia y sacerdotes españoles traduciendo los textos al español, mientras que los Tlacuilos dibujaban.
Se tiene casi la certeza de que los códices Mendocinos son una copia de registros antiguos que contaban también la historia del pueblo azteca. La segunda parte de este códice azteca es muy parecida a la llamada Matrícula de los Tributos.
Aún cuando la intención de Don Antonio de Mendoza era informar a Carlos V, el códice Mendocino jamás llegó a España, el barco que llevaba el códice azteca fue abordado y tomado por un corsario francés, quedando en manos de Andrés Thevet, quien era un geógrafo del rey de Francia.
Luego, sus herederos vendieron el códice azteca a un capellán de la embajada inglesa en París en 1584. Cuando terminó su permanencia en París y retornó a Inglaterra, este códice azteca tuvo varios dueños, hasta que encontró un lugar seguro en la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford, Inglaterra, en el año de 1659, donde permanece hasta nuestros días.
Descripción
Este códice no fue elaborado en papel artesanal de fibra vegetal, como era lo usual en la elaboración de los códices aztecas anteriores, este fue elaborado en papel europeo. Si bien la elaboración de los dibujos que conforman este códice estuvieron a cargo de los Tlacuilos indígenas, se hace notar la influencia europea en muchos de sus detalles.
Es considerado como una de las obras de arte novohispana más resaltantes del siglo XVI. El color de las pinturas es de alta calidad, en ellas se resalta la homogeneidad de las representaciones y se observa una integración entre la cultura azteca ancestral y la nueva cultura europea, predominando la azteca.
Se presume que el Tlacuilo que elaboró la pieza recibió algún tipo de capacitación en donde le enseñaron a mejorar las proporciones de las figuras y la perspectiva, entre otras cosas. Sin embargo, permanece en la pieza lo firme de las líneas en el trazado, el uso de color y las posturas adoptadas por las figuras, esas características permanecen apegadas a los códices aztecas antiguos.
Los contornos de las láminas están iluminados y de color negro, las figuras muestran colores rojos, azul turquesa, verde, amarillos, entre otros. Las láminas presentan anotaciones traducidas al español. Está concebido como un libro y a los dibujos los antecede una página explicativa de estos y los glifos.
El códice azteca Mendocino está conformado por tres secciones, se encuentra completa la información y pueden leerse de manera independiente cada una de ellas. La primera parte cuenta sobre los anales mexicanos que hablan sobre la fundación de Tenochtitlán, en donde se puede observar el águila posada sobre la tuna, ubicada en la parte central del códice. En la segunda parte se muestran los tributos y en la tercera parte las costumbres de los aztecas, de cada una de ellas hablaremos a continuación en detalle.
Secciones del Códice
Como hemos señalado, este códice azteca llamado Mendocino está compuesto por tres partes, la primera muestra los Anales mexicanos, está conformada por 18 láminas en las que se cuenta la historia de la fundación de la ciudad de Tenochtitlán, con la especificidad de las fechas y años en la que sucedieron cada uno de los eventos que se relatan a través de las pinturas.
Se indican en una franja azul, que se lee de arriba hacia abajo desde el lado izquierdo, cada fecha. Se marcan los períodos de cada uno de los reinados y se indican los pueblos que fueron conquistados por los aztecas. A pesar de que no se detallan otros aspectos que son considerados en el Códice Boturini, este códice permite identificar el tiempo exacto en que sucedieron las guerras, batallas y el desarrollo de la estirpe mexicana hasta llegar a Moteczuma.
El segundo libro, el cual es reconocido como el Libro de los Tributos, está conformado por 39 láminas. Como ya lo indicamos, es casi una copia fiel de la Matrícula de los Tributos, en este códice se muestra el poderío de México y la cantidad de pueblos lejanos que fueron conquistados.
Los jeroglíficos llevan el detalle de los nombres y señas de las ciudades y provincias que habían sido conquistadas. Actualmente se pueden reconocer en ellos la Ciudad de México, así como Morelos, Puebla, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, lo que es muestra de lo aguerridos que eran los ancestros aztecas.
Por último, el tercer libro contiene la Etnografía del pueblo azteca, está conformado por 16 láminas que muestran con mucho detalle sus costumbres. Se incluyen las ceremonias y cómo eran educados los niños, incluso por etapas de edad.
También la educación de los adultos jóvenes en los colegios de los templos y cómo eran formados para el ejército. Se muestra a los guerreros, las armas, cada uno de los grados y premios. Por consiguiente, se encuentra en este libro mucho detalle cómo estaba conformada y organizada la sociedad, incluyendo su estructura de justicia.
Igualmente se describen cuáles eran los oficios que desarrollaban, los juegos y fiestas que celebraban, es decir, se muestra en detalle la vida social y doméstica del pueblo azteca. Podemos entonces concluir que a los españoles les interesaba conocer la historia, lo económico y lo social.
Códice Florentino
Este códice azteca recibe su nombre porque se encuentra en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia, Italia, se trata de un manuscrito náhuatl que cuenta con traducciones y comentarios en español, los mismos fueron compilados por el fray Bernardino de Sahagún, quien fue un misionero franciscano. La compilación de estos libros los obtuvo de sus informantes indígenas, así eran llamadas las personas que contaban sus historias, anécdotas, costumbres y más.
Estos códices aztecas constituyen una de las obras más importantes, en las que se puede conocer cómo eran las costumbres de los aztecas en la época prehispánica. Fue tan solo en el año 1905 que el historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso realizó una publicación de estos códices aztecas en Madrid, España. Posteriormente el gobierno mexicano a través del Archivo General realizó la publicación de una copia completa en el año 1979.
Descripción
Estos códices aztecas están divididos en cuatro tomos y cada uno de ellos está conformado por libros. El primer tomo comprende cinco libros, el primero de ellos se refiere a los dioses que eran adorados por los mexicas, el segundo habla de las fiestas y sacrificios, el tercero del principio de los dioses, el cuarto sobre la astrología o arte adivinatorio y el quinto sobre los adivinadores o agüeros y augurios que los indígenas podían tomar de ciertos animales para adivinar el futuro.
El tomo dos está conformado por un solo libro en donde se muestran y reseñan las oraciones que los mexicas hacían a sus dioses, así como de la teología y filosofía moral. El tomo tres se encuentra conformado por cuatro libros, donde el primero corresponde el séptimo libro de todo el grupo, que habla sobre el Sol, la Luna, las estrellas y año del jubileo.
El libro número ocho cuenta de los reyes y señores y las maneras en cómo eran elegidos. En el libro número nueve habla de los mercaderes, de las piedras preciosas y de los oficiales del oro. Por último ,en el libro número diez y cuarto de este tomo se habla de la historia, de las virtudes pero también de los vicios tanto espirituales como corporales.
El cuarto tomo está conformado por dos libros, el número once habla sobre las propiedades de los animales, de la vegetación, de los minerales y de los colores y el último libro, el número doce, habla de la conquista española y de la creación de la Nueva España en la ciudad de México.
Historia del manuscrito
A los 8 años de haber terminado la conquista española, arriba a México el fray Bernardido de Sagahun, quien se sintió inmediatamente atraído por la cultura y las costumbres del pueblo azteca, inicia entonces el manuscrito conocido como Códice Florentino, el cual está dedicado a diferentes temas. Inició su investigación en lo referente a lo divino, lo humano y lo natural de Nueva España.
De manera ordenada fue compilando la información, la cual obtenía de primera mano de los ancianos y pobladores originarios, comenzó buscando información de los dioses, ¿quiénes eran?, ¿cómo eran?, ¿cuáles eran las funciones de estos dioses? y mucho más, en oportunidades los comparaba con dioses de la mitología griega, para que fueran más comprensibles para los europeos. Para el investigador Sahagún, la religión de los pueblos indígenas era definitivamente la clave para entender a la civilización azteca.
La intención del fray Bernardino era conocer en detalle sobre la cultura y costumbres de la cultura indígena, sin embargo algunos de sus compañeros de la misma orden franciscana hicieron creer al Rey Felipe II que esto solo haría que los indígenas continuaran apegados a sus creencias y costumbres, por lo que el Rey Felipe II dio la orden de recoger todas las obras y copias que se habían realizado del códice azteca Florentino, esto sucedió en el año 1577.
A pesar de la orden real, el fray Bernardino de Sahagún le entregó una versión de este códice azteca al fray Sequera, quien era su superior y es el ejemplar reconocido actualmente con el nombre de Códice de Sequera. Por lo tanto, este códice azteca es una copia enviada del original elaborado por fray Bernardino de Sahagún, quien había llegado a México en el año 1.529.
Organización y estructura de la obra
El códice Florentino es un hermoso texto desarrollado en lenguaje náhuatl, traducido al español y también al latín. Como hemos indicado, se encuentra organizado por tomos y cada tomo es contentivo de libros, el desarrollo de la información en cada uno de los libros presenta una estructura que vamos a explicar a continuación
En el lado derecho del códice azteca se encuentra el texto que fue escrito en lengua náhuatl, mientras que las traducciones al español realizadas de algunas de estas secciones se encuentran en la columna de la izquierda. Se interpreta que algunos de los textos no fueron traducidos porque no era posible o carecían de interpretación lógica para el fray Bernardino de Sahagún.
El Códice azteca Florentino consta de aproximadamente de 1.800 ilustraciones, las cuales fueron elaboradas por los tlacuilos, pero ya con ciertas técnicas europeas. Existen algunos textos que al ser traducidos fueron considerados no aceptables por el fray, por lo que los reescribía o simplemente los censuraba. Por lo tanto, las partes que no se traducían y las que eran cambiadas o censuradas incluyeron cierto desorden entre las columnas del idioma original y las traducidas al español.
Otras versiones de la obra
Existe solo una versión del códice azteca Florentino, la misma corresponde a la copia que fue llevada a Europa en el año 1580 por Rodrigo de Sequera, la cual fue entrega por el propio Bernardino de Sahagún y también es conocida como el Manuscrito o Códice Sequera. Este manuscrito es el fundamento de la Historia General de las cosas de la Nueva España, que se encuentra hoy en día en la Biblioteca Laurentina de Florencia.
El Códice Matritense es una copia de las mismas fuentes del Códice Florentino, que corresponde al material reunido en Tlatelolco y Texcoco, ambos en lengua náhuatl, está conformado por cinco libros y tiene 175 ilustraciones. Es una traducción censurada del Códice Florentino que fue realizada por el mismo Bernardino de Sahagún. Ambos códices se encuentran en la Biblioteca del Palacio Real y el Museo Real de Historia, en Madrid.
Códice Magliabechiano
Este códice azteca formó parte de la colección de Antonio Magliabecchi, un famoso bibliotecario italiano, hijo de padre pudiente. El códice azteca Magliabechiano, al igual que los anteriores, recibe su nombre por el dueño u origen. Se encuentra actualmente en la Biblioteca Nacional Central de Florencia. El hallazgo de este códice azteca lo realizó en el año 1890 la arqueóloga norteamericana Zelia Nuttall.
Hay estudiosos que indican que este códice azteca ha podido ser modificado al punto de haberlo degenerado. La fuente original es el códice de Ritos y costumbres, el cual se extravío. Este códice en realidad corresponde a un conjunto de códices aztecas coloniales del centro de México que describen la religión indígena. Sin embargo, se trata de manuscritos que son copia unos de otros, desde una obra original llamada el Códice Tudela elaborado a mitad del siglo XVI.
Pero el Libro Indígena del Códice Tudela, fue copiado en el Libro de Figuras y luego fueron interpretados y comentados por separado, surgieron de ellos otras copias que generan lo que se conoce como el Grupo Magliabechiano, el cual está conformado por el Códice Tudela o códice del Museo de América y el Códice Cabezón o Costumbres que es una copia del Tudela que habla de las fiestas, enterramientos, entre otros.
También pertenecen a este grupo el Libro de Figuras, el cual fue extraviado en el siglo XVIII, el Códice Ritos y Costumbres también perdido, el códice Magliabechiano o Libro de la vida, que cuenta sobre las supersticiones y malos Ritos, el Códice Ixtlilxochitl, el Códice Ixtlilxochitl I y el Códice Veitía.
El Códice Tudela quien es el documento primario que sienta las bases de la serie, apareció realmente ante el mundo científico en 1947, luego que la arqueóloga Zelia Nuttall publicara la edición del Códice Magliabechiano.
Este códice azteca Magliabechiano está conformado por 92 folios y los temas son muy variados. Por ejemplo, los folios del 2 al 8 registran información de las Mantas rituales, mientras se muestran los signos de los 20 días en los folios del 11 al 13. Además, el calendario de 52 años está presente en los folios del 14 al 28 y el calendario de los 365 días en los folios 14, 28 y 46.
Las fiestas móviles que son llamadas 7-xochitl y 1-xochitl se encuentran en los folios 46 y 48. Continuando con los Dioses del Pulque, quienes están reseñados en los folios del 48 al 59; el ciclo de Quetzalcoatl está en los folios 60 al 62; los Dioses del inframundo, las enfermedades y los ritos sobre la muerte están en los folios 59 al 60 y del 62 al 88.Finalmente, las fiestas mensuales son reflejadas en los folios del 89 al 92.
Códice Cozcatzin
El códice azteca Cozcatzin recibe su nombre de Don Joan Luis Cozcatzin, quien fuera alcalde del barrio de Coyutlan, ciudad ubicada al noreste de Ciudad de México. El códice se refiere a una acusación por agresión moral y física a unos demandantes. Se trata de una acusación directa hacia el gobernador de Tlarelolco, quien era indio.
Se presume que este códice azteca fue redactado por el propio alcalde Cozcatzin para ser presentado ante el virrey de la Nueva España. Estos códices aztecas se encuentran conformados por una serie de registros de tema jurídico y fiscal. La intención de los códices elaborados también estaba dirigida a tres negocios que se realizarían en la cuenca de México en la segunda mitad del siglo XVI, dos de ellos en referencia a propiedad de tierra y el tercero sobre las responsabilidades fiscales de unos asentamientos ubicados al sur de esta cuenca.
La primera parte del documento, tal y como comentamos, es una demanda que realizan unas familias que se sintieron abusadas al ser expropiadas sus viviendas por una orden directa del último descendiente de Moctezuma Xocoyotzin, su nombre Don Diego de Mendoza Austria Moctezuma Hutznahuatlailotalc Imayauhtzin.
Estas tierras pertenecían al señorío de Azcapotzalco, luego de la conquista pasaron a la jurisdicción de Tenochtitlan, las mismas fueron repartidas a los descendientes y las mantuvieron bajo su poder por mucho tiempo. Estas tierras se ubican en San Juan Ixhuatepec, hoy en día municipio de Cuautitlán, México.
La segunda parte de este códice azteca está conformada por siete láminas en donde se encuentran representadas todas las figuras de los nobles que tuvieron responsabilidades en el gobierno del período de virreinatos, todos se encuentran vestidos con hermosas tilmas bordadas, coronas y rodeados de ojos, lo que es representativo de la alta jerarquía.
La tercera parte está conformada por tres láminas con pictografías que cuentan sobre la caída del Tlatelolco ante los Tenochcas en el año 1473, cierta parte de ella se encuentra escrita y se resalta la frase: “Ipan chicome calli, 1473..”. Esta parte del códice azteca enaltece la gesta de los tenochcas quienes de manera violenta y sangrienta sometieron al señorío.
La cuarta parte de este códice azteca está conformada por dos láminas que representan la traza de Xochimilco. En ella se encuentran representadas las casas, los personajes locales y los caminos, haciendo mención a lo importante de la zona productora, reconocida como el antiguo señorío de Xochimilco. Se pueden diferenciar perfectamente las tres juridiscciones por las que estaba compuesta.
El quinto capítulo del códice de Cozcatzin está conformado por tres láminas que indican la contabilización de los tributos que debían pagar las poblaciones de Culhuacan, Iztacalco, Mexicatzinco y Iztapalapa. Para finalizar, hay una última lámina que está dedicada al tema astrológico en donde se identifican siete estrellas, señalando la influencia de ellas sobre la tierra y los hombres.
Códice Osuna
Este es otro de los códices aztecas que se encuentra elaborado en papel europeo, consta de hermosas imágenes indígenas, con un texto en náhuatl alfabético que corresponde al año 1565. Está conformado por siete secciones en donde la mayoría de la información se refiere a lo económico, sin embargo también se identifica en ellos un contenido histórico.
Obtiene su nombre como códice Osuna debido a que perteneció al Duque de Osuna, Mariano Téllez Grion y Beufort, este códice azteca se mantuvo bajo su propiedad hasta el año 1882, posteriormente pasó a formar parte de la Biblioteca Nacional de Madrid.
En el códice se cuenta sobre una demanda interpuesta por los indígenas de una comunidad nahuatl contra los españoles, en donde reclaman la falta de pago por una serie de servicios que habían sido prestados a los españoles, que incluyen la construcción de edificaciones y laboras domésticas, así como el pago de una serie de bienes.
Este códice azteca originalmente era solo pictórico, pero posteriormente se le incluyó un texto en náhuatl, cuando fue revisado por las autoridades españolas, agregándole también una traducción al español.
Dentro de las representaciones que muestra este códice azteca, podemos resaltar la ilustración que muestra al virrey Don Luis de Velasco, con señores indígenas en atuendo colonial para su rango, en donde también se muestra a un traductor de náhuatl. Asimismo es reflejado cómo los españoles castigaban a los indígenas, formas de cultivos, los oficios que les correspondían en la construcción y también en la parte textil.
La muestra de los manuscritos pictográficos en este códice azteca permiten abordar varias líneas de investigación sobre las imágenes de la nobleza indígena, que a su vez arrojan mucha información sobre los procesos de cambio y transformación de la tradición indígena, la cual trataba de sobrevivir a ese proceso dinámico de interacción con el mundo español.
Códice Aubin
El Códice Aubin fue elaborado en el año 1576, se conoce también bajo el nombre de “Historia de la nación mexicana desde la partida de Aztlán hasta la llegada de los conquistadores españoles”, el mismo se encontraba ubicado en el Museo Británico y en los años 80 regresó a suelos mexicanos, encontrándose ahora en la Biblioteca Nacional de ese país. Este documento está compuesto por 81 láminas de 15 centímetros de largo por 11 centímetros de ancho y mide 5.3 metros al extenderlo.
Se caracteriza por presentar figuras de estilo mexicano, acompañadas de texto náhuatl en caracteres latinos, esta traducción fue posterior a la elaboración del códice. En principio formaba parte de la colección de Lorenzo Boturini, posteriormente fue vendido a Joseph Marius Alexis Aubin, de su último dueño es que adquiere entonces el nombre de Códice Aubin.
Se encuentra reseñada en este códice azteca la peregrinación de Aztlán hasta la llegada de los conquistadores españoles, tiene mucho de la información de la Tira de la Peregrinación, lo que permite confirmar la fidelidad de la historia. También es un códice calendarizado de 260 días y de ellos hay muy pocos, en ello radica parte de su importancia, pero también se pueden conocer los tiempos de permanencia en aquellos lugares donde se asentaron durante la migración.
Por lo tanto, es un códice que complementa a la Tira de la Peregrinación pero cuenta hasta la llegada de los españoles. Permite entonces conocer por todo lo que tuvieron que pasar los miembros de esta tribu durante su peregrinaje hasta llegar al sitio que su Dios, quien les había señalado esas tierras para hacer su ciudad, en donde encontrarían a un águila posada sobre una tuna. Pero una vez que encontraron el lugar en donde habrían de pasar el resto de sus días llegó un pueblo de “otro” mundo y cayeron ante su poder.
Códice Ixtlilxochitl
El Códice Ixtlilxochitl data de finales del siglo XVI, como la mayoría de los códices aztecas se encuentra fuera de México y está resguardado en la Biblioteca Nacional de París, Francia. Está escrito sobre papel europeo y se trata de un manuscrito pictórico con traducciones al español, en el que se describen ceremonias de las veintenas, así como pinturas de gobernantes de Texcoco, entre otros indígenas.
Este códice azteca no es un único documento, sino que se trata de una compilación de tres documentos que se encontraban separados y que además tienen orígenes diferentes, pero fueron reunidos en un solo libro. El códice trata de la gente y los eventos antes de la conquista del Imperio Azteca.
Está divido en secciones en donde la primera consta de 11 láminas y se conoce con el nombre de Códice Ixtlilxóchitl. Se caracteriza por presentar pinturas de estilo prehispánico con textos explicativos traducidos al español. En el documento se reseñan las 18 veintenas del año nahuatl, este códice forma parte del Grupo Magliabechiano y está constituido por una serie de copias de un documento original que se encuentra perdido.
La segunda parte consta de seis hojas, en donde debemos resaltar la influencia española en las pinturas, las cuales también hay que destacar que constan de muy alta calidad. La tercera parte está conformada por diez hojas que son copia de un texto del fray Bernardino de Sahagún y se vuelve a comentar sobre las 18 veintenas del año nahuatl.
Códice Badiano o Códice de la Cruz
El códice Badiano es reconocido como el Libro sobre las hierbas medicinales de los pueblos indígenas y como Códice De la Cruz. Es el primer códice azteca que cuenta sobre la etnobotánica del pueblo. En este códice se describen las propiedades curativas de las plantas americanas. El autor de este magnífico manuscrito fue el médico indígena Martín de la Cruz, quien era originario de Santiago Tlatelolco, la obra se concluyó el 22 de julio de 1553.
Descripción
Este códice se caracteriza por presentar bellas ilustraciones de plantas, las cuales están pintadas y se muestran con gran detalle. El códice fue encontrado el año 1925 en la Biblioteca del Vaticano. Consta de 13 capítulos y cada uno de ellos se refiere a diferentes enfermedades asociadas a las partes del cuerpo.
Se encuentra ordenado desde el capítulo 1 hasta el capítulo 8, de tal manera que permite ir reconociendo las enfermedades desde la cabeza hasta los pies, con el detalle de incluir las enfermedades de los ojos, oídos, nariz, dientes, mejillas, pecho, estómago y rodillas.
Los capítulos restantes están dedicados a los remedios que eran utilizados para combatir la fatiga, enfermedades de las mujeres y niños, así como otros padecimientos incluyendo anomalías mentales y también muestran los signos de una muerte cercana.
Cada una de las más de 227 plantas medicinales citadas tiene su nombre en náhuatl, en donde se realiza la descripción de la planta y el ambiente al que se asocia. El texto del códice con las indicaciones médicas se encuentra traducido al latín.
Historia del manuscrito
Un fraile español llamado Jacobo de Grado, quien era el encargado tanto del Convento como del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, tenía en su posesión el códice azteca ya traducido para Francisco de Mendoza, hijo del primer virrey de Nueva España. Mendoza envió el texto a España, donde fue depositado en la biblioteca real.
Se presume que permaneció ahí hasta el siglo XVII, cuando pasó a manos de Diego de Cortavila y Sanabria quien era el farmacéutico de Felipe IV, luego pasó al cardenal italiano Francesco Barberini. Después se encontró en el depósito de la Accademia dei Lincei, como parte de los documentos de Cassiano dal Pozzo.
Luego se realizó una copia para la Colección Real de Londres, permaneciendo el original en la biblioteca de Barberini hasta 1902, cuando fue integrada a la Biblioteca Vaticana. En el año 1990, el papa Juan Pablo II regresó el códice a México y actualmente se encuentra resguardado en la Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia de ese país.
Códice Borgia
El Códice Borgia o Códice Yoalli Ehécatl, se estima que fue escrito antes de la conquista de México y forma parte del Grupo Borgia, al que da nombre, se encuentra escrito sobre piel de venado y consta de 39 láminas plegadas.
Cada una de las láminas mide aproximada 27 centímetros de largo por 26.5 centímetros de ancho, cuando es desplegado mide 11 metros. Este códice se encuentra dibujado y escrito por ambas caras. Recibe su nombre por el cardenal italiano Stefano Borgia, quien fuera su propietario hasta que lo vendió a la Biblioteca Apostólica Vaticana y es un manuscrito mesoamericano de contenido ritual y adivinatorio.
Códice Selden
El códice Selden es una parte de un manuscrito que reseña la genealogía y dinastías de Jaltepec desde el siglo X hasta el siglo XVI. Es parte de los seis códices mixtecos que tienen características de la tradición prehispánica, es en realidad uno de los sobrevivientes de la conquista de México. Este códice azteca perteneció al jurista inglés John Selden, de allí su nombre. Actualmente se encuentra en Jaltepec en el estado de Oaxaca, México.
Está conformado por 20 láminas, que al ser desplegadas miden 5, 50 metros. Cuentan sus representaciones pictográficas el origen mítico y las dinastías desde fines del siglo VIII hasta mediados del XVI del reino Yacu Añute.
Códice Laud
El códice Laud recibe su nombre por el arzobispo británico William Laud, quien fuera su dueño. Es parte del grupo Borgia, que consta de 24 láminas y es considerado un códice prehispánico, su contenido es similar al códice de Borgia.
Está pintado sobre piel de venado y al ser desplegado mide 3,98 metros. Es un libro que detalla varias instrucciones religiosas, está dividido en once secciones, de las que debemos resaltar la que describe el pasaje del ser humano a través de la vida y dos que muestran explicaciones sobre la iniciación sacerdotal.
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