El hombre descubre el fuego, gran hallazgo histórico

El hombre descubre el fuego

Actualizado el 20 septiembre, 2023

Cuando el hombre descubre el fuego ocurrió un evento crucial en la evolución de la humanidad, ya que este poderoso elemento natural constituiría una valiosa herramienta para su desarrollo en general. En este post podrás conocer cuándo sucedió tal descubrimiento, qué usos se le dio en un principio y cuáles fueron sus consecuencias.

El hombre descubre el fuego

¿Cuándo el hombre descubre el fuego?

El fuego fue uno de los hitos más importantes de la historia del ser humano, que abrió el camino para que evolucionara hasta convertirse en la especie que somos hoy.

Los científicos sospechan que, sin el control del fuego, los humanos probablemente nunca habrían desarrollado cerebros grandes y los beneficios que ello proporciona. Pero, ¿cuándo el hombre descubre el fuego?

Se trata de una cuestión complicada de establecer, ya que no se tienen pruebas fehacientes de cómo el hombre descubre el fuego.

No obstante, la inteligencia humana ha hecho en el transcurrir del tiempo grandes avances al respecto y gran parte de lo que sabemos sobre el hombre primitivo procede de los conocimientos derivados de esos estudios antropológicos.

Dada esta evidencia arqueológica, el descubrimiento del fuego es probable que ocurriera, según los indicios más ancestrales, hace mucho más de un millón de años cuando los primeros humanos lo habrían utilizado por primera vez, pero la práctica no se convirtió en algo habitual hasta unos 650.000 años después, según indican los últimos hallazgos.

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Las primeras pruebas de la existencia de fuego asociado a los humanos proceden de yacimientos de homínidos oldowanos en la región del lago Turkana, en Kenia.

El hombre descubre el fuego

En específico, el yacimiento de Koobi Fora en ese país contenía manchas de tierra oxidada a varios centímetros de profundidad, lo que algunos estudiosos interpretan como una prueba de control del fuego.

Igualmente, el yacimiento australopithecus de Chesowanja, en el centro de Kenia, de unos 1,4 millones de años de antigüedad, también contenía clastos o trozos de roca de arcilla quemados en pequeñas zonas.

Otros yacimientos del Paleolítico Inferior en África en los que había posibles muestras de fuego son el Gadeb, en Etiopía con roca quemada, el Swartkrans con huesos quemados y la cueva de Wonderwerk con ceniza quemada y fragmentos de hueso, ambos en Sudáfrica.

La primera prueba del uso controlado del fuego, fuera de África, se encuentra en el yacimiento del Paleolítico Inferior de Gesher Benot Ya’aqov, en Israel, donde se recuperó madera carbonizada y semillas en un yacimiento de 790.000 años de antigüedad. Aprende también del tema de las Razas Humanas.

También se han encontrado pruebas en Zhoukoudian, un yacimiento del Paleolítico Inferior en China, en Beeches Pit en el Reino Unido y en la cueva de Qesem en Israel.

Los científicos han encontrado que las pruebas del uso controlado del fuego dentro de la antigua cueva de Israel albergaba varios linajes de homínidos prehistóricos, los predecesores de los humanos modernos.

El hombre descubre el fuego

Descubrieron que las herramientas de sílex, una roca sedimentaria silícea muy dura, excavadas en capas de depósito de yacimientos de más de 350.000 años no estaban expuestas al fuego en su mayoría.

Sin embargo, las fechadas después de hace 350.000 años presentaban signos reveladores del contacto con el fuego: decoloración, agrietamiento y fragmentación, según la revista Science.

Esa distinción entre estas herramientas no expuestas al fuego y las que sí lo estaban representa la transición del uso esporádico al regular del fuego entre los homínidos, según los paleontólogos de la excavación de la cueva.

La capacidad de controlar y manipular el fuego se atribuye desde hace tiempo al ascenso de la especie humana. Ello influenció, según los expertos, en la cocina, ya que sin la comida cocinada, muchos antropólogos creen que el cerebro humano no se habría desarrollado hasta convertirse en lo que es hoy.

Lanza de silex

Los humanos obtienen alrededor de un 30% más de energía de los alimentos cocinados que de los crudos, una distinción importante que permitió a los primeros humanos alimentar un cerebro en crecimiento.

Cabe destacar que el fuego no se descubrió una vez, sino que los primeros humanos lo descubrieron varias veces en diversos lugares del mundo.

Este hallazgo habría provocado cambios revolucionarios en la cultura humana primitiva y el dominio del fuego habría permitido asentamientos más grandes y permanentes.

Esto podría haber conducido al desarrollo de la estructura familiar, el lenguaje, una división del trabajo más avanzada y, finalmente, la agricultura.

Aun cuando se ha usado el fuego tanto para bien como para mal, es una forma clave en la que la humanidad se distingue de todas las demás especies.

¿Cómo el hombre descubre el fuego?

De las investigaciones se ha podido establecer que el hombre descubre el fuego tras una tormenta eléctrica, por rayos o impactos de meteoritos, que desencadenaron incendios naturales.

Estos incendios provocaban la dispersión de los animales, lo que los convertía en presa fácil para los primeros humanos que esperaban en la periferia para cazarlos.

Además, después de que el fuego se calmaba, el paisaje quemado le habría facilitado la búsqueda de alimentos. Parte de la comida buscada se habría “cocinado” por el fuego, haciéndola más comestible y nutritiva que cuando estaba cruda.

Como resultado, uno de los beneficios evolutivos directos del fuego fue la capacidad de obtener más energía de los alimentos. Los cerebros poderosos y hambrientos necesitan calorías, y los alimentos cocinados las proporcionan más que los crudos. El fuego, por tanto, ayudó a los humanos inteligentes a evolucionar.

Como los incendios forestales se producían esporádicamente, el siguiente paso en la relación de la humanidad con el fuego sería aprender a preservarlo.

Los incendios podían ser mantenidos por “preservadores del fuego” que utilizaban estiércol de animales de combustión lenta.

Con el tiempo, los primeros humanos descubrieron cómo crear fuego.

Usos del fuego de los pobladores prehistóricos

El descubrimiento del fuego llegó a proporcionar una gran variedad de usos a los primeros homínidos.

Actuaba como fuente de calor, posibilitando la superación de las bajas temperaturas nocturnas y permitiendo la supervivencia en entornos más fríos. Ello propicio la expansión geográfica desde los climas tropicales y subtropicales a las zonas de climas templados que contenían inviernos más fríos.

El uso del fuego continuó ayudando a los homínidos durante la noche al actuar también como medio para ahuyentar a los animales depredadores.

Asimismo, desempeñó un papel preponderante en el cambio de la forma de obtener y consumir los alimentos, principalmente mediante la práctica de la cocción. Esto provocó un aumento significativo del consumo de carne y de la ingesta de calorías.

Pronto se descubrió que la carne podía secarse mediante el uso del fuego y, así, conservarla para épocas en las que las duras condiciones ambientales dificultaban la caza.

El fuego se utilizó incluso para fabricar herramientas que se empleaban para cazar y cortar la carne.

Los homínidos descubrieron al iniciar incendios forestales, podían aumentar la fertilidad de la tierra y despejar grandes cantidades de matorrales y árboles para facilitar la caza.

El descubrimiento del fuego o, más exactamente, su uso controlado, fue una de las primeras grandes innovaciones de la humanidad, que contribuyó en gran medida a su pleno desarrollo.

También le proporciona fines sociales, ya que las hogueras le sirvieron como lugares de reunión, así como para dar señales en la distancia a los que estaban lejos del sitio de asentamiento y como espacios para actividades especiales.

Consecuencias

Las consecuencias que se han generado desde que el hombre descubre el fuego abarcan diversas áreas del quehacer humano.

Innovación cultural

Se produce una innovación cultural, ya que el hombre adquirió nuevas costumbres a partir de la manipulación del fuego.

Los primeros humanos cambiaron su forma de protegerse de las inclemencias del tiempo, utilizándolo para calentarse y propició la migración hacia climas más fríos, donde podían prosperar.

Caza y herramientas

El descubrimiento del fuego modificó la manera de cazar, empleándolo para encender fuegos de hierba para la caza y controlar la población de plagas en los alrededores.

El hombre descubre el fuego y le permite acorralar y atrapar a los animales antes de consumirlos.

Se dio inicio también a la fabricación de herramientas y armas, lo que supuso un gran avance tecnológico.

Ese uso pudo ser constatado en una excavación arqueológica que data de hace unos 400.000 años, en la que los investigadores en una zona conocida como el “Horizonte de las lanzas” en Schöningen, en el distrito de Helmstedt (Alemania), desenterraron ocho lanzas de madera, que se cree fueron endurecidas al fuego.

De ello se puede inferir que las lanzas permitieron a los primeros humanos modificar sus tácticas de caza y utilizar las lanzas como armas de empuje en lugar de lanzamiento.

Arte y usos ceremoniales

Se innovó la creación de arte, pues gracias al fuego el hombre aprende a fabricar figuritas creadas con piedra, marfil o arcilla y luego cocidas, lo que influenció en sus ritos y ceremoniales.

Desarrollo y expansión en las sociedades de los primeros homínidos

El fuego fue un factor importante en la expansión y el desarrollo de las sociedades de los primeros homínidos. Uno de los efectos que pudo tener el fuego fue la estratificación social. Aquellos que podían hacer y manejar el fuego tenían más poder que los que no podían y, por lo tanto, pueden haber tenido una posición más alta en la sociedad.

La presencia del fuego también permitió que se produjera más actividad en la noche que antes no era posible, lo que contribuía a las interacciones sociales entre los individuos. Se especula que esta mayor cantidad de interacción social fue importante para el desarrollo del lenguaje, ya que fomentó una mayor comunicación entre los individuos.

La hipótesis de la cocina

La hipótesis de la cocina propone la idea de que la capacidad de cocinar permitió que el tamaño del cerebro de los homínidos aumentara con el tiempo.

Las pruebas que apoyan esta hipótesis argumentan que, en comparación con los nutrientes de los alimentos crudos, los nutrientes de los alimentos cocinados son mucho más fáciles de digerir para los homínidos.

También otros órganos del cuerpo humano requieren un alto nivel de metabolismo. Al mismo tiempo, la porción de masa corporal de los diferentes órganos fue cambiando a lo largo del proceso de evolución como medio para la expansión del cerebro.

Cambios biológicos

Antes de utilizar el fuego, las especies de homínidos tenían grandes premolares, que se utilizaban para masticar alimentos más duros. Además, debido a la forma de las cúspides de los molares, se deduce que la dieta se basaba más en las hojas o los frutos.

En respuesta al consumo de alimentos cocinados, los dientes molares del Homo erectus se redujeron gradualmente, lo que sugiere que su dieta había cambiado de alimentos más duros a alimentos cocinados más blandos, como la carne.