Actualizado el 20 septiembre, 2023
Considerado el teatro de ópera por excelencia de Estados Unidos, la Metropolitan Opera House de Nueva York ofrece eventos de gran gala de prestigio mundial. En este post, encontrarás información muy interesante acerca de su historia, sus características y de su arquitectura. Te invitamos a conocerlo.
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¿Dónde se ubica el Metropolitan Opera House?
La Ópera Metropolitana de Nueva York, también conocido como la Metropolitan, la Met o la Metropolitan Opera House es una compañía de teatro de ópera localizado en el Lincoln Center de la ciudad de Nueva York.
Se le reconoce como un teatro de categoría mundial, que todo el año presenta en sus escenarios a las más importantes representaciones operísticas y celebridades estadounidenses e internacionales de la ópera.
Asimismo, se ha ganado el prestigio de organizar y llevar a escenas las más monumentales obras de la temporada de ballet, conciertos y teatro. Te interesará conocer también los italianos y su música.
La Metropolitan Opera House se ha constituido en el santuario de la música clásica de los Estados Unidos, al que acuden una gran audiencia para aplaudir a las personalidades de este arte.
Los conocedores nos hablan que se disfrutan allí anualmente unas 100 realizaciones solo en cuanto a ópera.
Su sede se considera uno de los principales teatros de ópera que es visitado por una audiencia que se traslada de otras regiones en virtud de la majestuosidad de sus puestas en escenas, aparte de que es uno de los teatros de mayor dimensión. En Bávaros conocerás sobre las costumbres con historia musical.
Historia
El Viejo Met
La Metropolitan Opera House fue fundada como compañía en abril de 1880 y su primer teatro sede se localizaba en el 1411 de Broadway, específicamente en la manzana entre las Calles 39 Oeste y la 40 Oeste, en el denominado Distrito Garment de Manhattan, Nueva York.
Su creación estuvo patrocinada por un grupo de hombres de negocio millonarios, que deseaban tener un teatro operístico propio, por lo que financiaron su construcción.
El arquitecto J. Cleaveland Cady fue el encargado de diseñar el edificio, el cual se inauguró en octubre de 1883 con la representación de la obra Faust.
En sus inicios hubo muchos cambios en varias ocasiones en cuanto a la orientación que tendría la compañía para la organización de las representaciones que se llevarían a cabo.
Se estableció que, en primer lugar, se realizarían todas las representaciones que hubiera efectuándolas en idioma italiano, entre las que se contemplaban incluso Carmen y Lohengrin.
Seguidamente, se efectuarían las realizaciones, pero en alemán, que incluiría a Aida o Fausto.
Sin embargo, finalmente, se decidió adoptar una política más flexible y realizar la mayoría de las obras del arte operístico en su idioma original, exceptuando aquellas de especial renombre.
Este templo de la música clásica ha acogido a los artistas más afamados e importantes del mundo de la ópera.
Se cuentan entre ellos a Christine Nilsson y Sembrich Marcela, quienes protagonizaron papeles estelares durante la temporada de apertura.
Se dio inicio a las temporadas alemanas con la presentación de la excelsa Lilli Lehmann, quien deleitó con su repertorio wagneriano. Asimismo, cantó otras obras de su preferencia para beneplácito del público asistente.
Ya en la década de 1890, hicieron sus presentaciones los hermanos Edouard y Jean De Reszke junto a las celebridades Nellie Melba y Emma Calvé. Compartieron el escenario también las sopranos americanas Lillian Nórdica y Eames Emma.
Desafortunadamente el 27 de agosto de 1892 la edificación fue consumida por un voraz incendio, que obligó a interrumpir la temporada de ópera para poder realizar la reconstrucción y total restauración de la edificación.
Enrico Caruso, el gran tenor italiano, también participó con su bel canto en los escenarios de la Met. Esto fue en 1903.
Señalan los entendidos en el tema que Caruso había hecho más presentaciones en el Met que en todos los demás teatros de la ópera del mundo juntos.
En ese mismo año, se efectuó una extensa renovación del interior del teatro, en la que se mantuvieron, no obstante, los elementos característicos hasta su cierre, tales como el famoso telón de damasco dorado, el auditorio color oro, el proscenio curvado y el candelabro.
Más tarde, en 1940 se suscitaron nuevos cambios cuando se creó la Metropolitan Opera Association, a la que se transfirieron los derechos de propiedad del teatro de las familias que los ostentaban.
En dicha renovación se hizo una reestructuración de los palcos del segundo piso, incorporando filas de butacas y solo se conservaron los palcos del primer piso. Ello redundó en un aumento del aforo del teatro que se estableció en 3.625 butacas y 224 plazas de pie.
Se sabía desde un mismo comienzo que las instalaciones del Teatro de la Ópera de la Calle 39 se harían insuficientes en cuanto a espacio y condiciones acordes a la magnitud de las realizaciones operísticas que se estaban planificando hacer.
No obstante, no hay que dejar de señalar que las instalaciones de este teatro eran impecables con elegantes salones y una extraordinaria acústica. Sin embargo, en lo referente al espacio de escenificación resultaba insuficiente para una compañía de ópera del nivel de prestigio que había ganado el Met.
En virtud de ello, llegó un momento en que se tuvo que usar la misma Calle 39 como una especie de almacenaje de los decorados y escenarios entre una representación y otra.
Fueron varios los años que se trató de construir una nueva sede en diversos sitios de Nueva York. Sin embargo, tal idea solo se logró cuando la Metropolitan Opera House pudo concretar acciones con diversas organizaciones neoyorquinas para crear el Lincoln Center en el Upper West Side de la ciudad.
El mismo se dedicarías distintas artes escénicas, además del nuevo y moderno teatro de ópera de la Metropolitan.
El Viejo Met cerró definitivamente sus puertas el 16 de abril de 1966 con la formidable y emotiva representación de despedida, con la participación de grandes artistas de la compañía. Sin embargo, quedó para la memoria de la Met el referirse a esa vieja sede como el Viejo Met.
La celebrada soprano Zinka Milanov, quien por muchos años formó parte de las filas artísticas de la Met, se presentó por última vez esa noche.
Se procuró mantener el antiguo edificio como un monumento conmemorativo, pero el Viejo Met fue finalmente demolido en 1967, siendo sustituido por un moderno edificio de oficinas.
Arquitectura del Metropolitan Opera House
El Nuevo Met
La arquitectura de la sede del nuevo teatro Met en el Lincoln Center fue diseñada por el arquitecto Wallace K. Harrison. La misma se dotó con los mejores y más avanzados medios tecnológicos de la época y con las facilidades imprescindibles para efectuar apropiadamente los cambios de escenas diarios de la ópera que se representa.
Se encuentran también en la gran plaza del Lincoln Center, acompañando a la Metropolitan House, otros dos grandiosos teatros, el David H. Koch Theater, antes conocido como el New York State Theater, en la que operaba la desaparecida New York City Opera, y el David Geffen Hall, que fue en principio el Philharmonic Hall y luego el Avery Fischer Hall, en el que se alberga la Orquesta Filarmónica de Nueva York.
Todo ello conforma uno de los centros musicales más importantes del mundo en el mismo corazón de la Gran Manzana.
La nueva Metropolitan Opera House inició sus presentaciones oficiales en el Lincoln Center el 16 de septiembre de 1966, con el laureado estreno mundial de la ópera Antonio y Cleopatra de Samuel Barber.
Tuvieron los roles estelares en tan afamada obra Leontyne Price y Jess Thomas con la magistral producción y dirección de Franco Zeffirelli y coreografía de Alvin Ailey.
Una ocasión memorable en el Met fue la celebración del 40 aniversario en la temporada 2010-11 del director James Levine, quien hizo su debut en 1971, y fue director musical del Met desde 1976. También había sido director artístico entre 1986 y 2004.
Es reconocido el maestro Levine pues se le atribuye haber creado una de las mejores orquestas de ópera y coros del mundo.
En diversas ocasiones especiales se han utilizado las esplendidas instalaciones de la Met para efectuar grandiosos conciertos como fue el de Vladimir Horowitz, Daniel Bareboim y James Levine.
Etapas de construcción
La planificación de la nueva sede de la Metropolitan Opera se inició a mediados de la década de 1920, en virtud de que las instalaciones del Viejo Met ya se estaban haciendo obsoletas y cada vez más difíciles de manejar para la puesta en escena de las obras por el precario espacio disponibles tras bastidores.
Se estimaba que se requería para la nueva sede de la Met un espacio con un aforo de unos 4.000 puestos en el centro del teatro, que en principio se pensó localizarlo en el actual Centro Rockefeller.
No obstante, la caída de la bolsa de 1929 con los problemas financieros que esto originó, conllevó a que se pospusieran los trabajos de reubicación de la Metropolitan Opera.
Ello hizo que este complejo se tornara en algo más comercial que cultural, por lo que su creador John D. Rockefeller reemplazó la casa de la ópera por un rascacielos de 70 pisos, en el que, finalmente, se estableció la RCA en 1933.
Años más tarde el joven arquitecto del Rockefeller Center, Wallace Harrison, fue abordado por los representantes de la Nueva York Philharmonic Society y de la Metropolitan House para proponerle la creación de una sede para ambas instituciones.
Se propuso, entonces, la construcción del Lincoln Center y Harrison fue seleccionado para fuera el diseñador de la nueva ópera, que sería como el nuevo núcleo de las artes escénicas, enclavado en un área privilegiada, que fuera considerada en su momento por Robert Moses como una importante renovación urbana de la ciudad.
Tras las diversas fases de diseño, rediseño, revisión y consenso de los intereses opuestos, en virtud de que el Met deseaba tener un diseño más tradicional para su casa, mientras que los deseos divergentes de los arquitectos de los otros teatros, que estarían también en el Lincoln Center, con ideas más modernas, se pudo dar inicio a la construcción una vez que se aprobó el diseño número cuarenta y tres de la Metropolitan Opera House en el invierno de 1963, que fue el último de los tres edificios principales construido.
Se presentaron demoras de construcción debido a que se debía finalizar el Teatro del Estado de Nueva York adjunto que debía estar listo para la Feria Mundial de 1964, lo cual hizo que el espacio de la Met se convirtiera en el sitio de excavación masiva, al que se llamó “El lago de Bing” por el nombre del gerente general de Met Rudolf Bing.
Aun cuando aún no se podía hacer la apertura oficial de esta sede, se hizo una primera actuación abierta al público en el nuevo teatro de la Met con la representación de La Fanciulla del West de Giacomo Puccini el 11 de abril de 1966.
En esta obra actuaron Beverly Bower como Minnie, Gaetano Bardini como Dick Johnson y Cesare Bardelli como Jack Rance.
Tuvo participación especial en la producción un grupo de 3.000 estudiantes de la escuela secundaria, la cual se inició con la interpretación del himno nacional y una serie de pruebas de sonido que contemplaban un acorde fuerte de la orquesta y una explosión de una escopeta.
Características del Metropolitan Opera House
La sede de la Met se halla, específicamente, hacia el extremo occidental del Lincoln Center Plaza, entre el Teatro David Koch de Philip Johnson, anteriormente el Teatro del Estado de Nueva York y el David Geffen Hall, antes el Avery Fisher Hall, diseñado por Max Abramovitz.
En cuanto a las temporadas en el Met, éstas abarcan desde septiembre hasta mayo, presentando alrededor de 27 óperas en un programa de repertorio rotativo, con siete representaciones semanales de cuatro títulos diferentes.
Se hacen representaciones de lunes a sábado por la noche, con una función extra los sábados, generalmente a las dos de la tarde.
La Metropolitan Opera es sin lugar a dudas uno de los santuarios de la música, ópera y lírica del mundo, sitio ideal para los amantes del arte escénico operístico en el que se disfruta de excelentes obras a precios razonables.
En su página web https://www.metopera.org/ se puede estar informado de todo el acontecer operístico de la Metropolitan.
Vestíbulo
En la plaza antes de pasar al vestíbulo se puede disfrutar de una fuente con chispeante de agua fresca.
En la fachada, todas las paredes del edificio están revestidas de color blanco travertino y su fachada exhibe singulares adornos que muestran una serie distintiva de cinco arcos de hormigón y vidrio grande y una fachada de bronce, que tiene una altura de 96 pies, dividido en 14 pisos, cinco de los cuales son subterráneos.
El espectacular vestíbulo, visible desde la plaza exterior, se exhiben dos inmensos murales especialmente creados para este espacio por el gran artista Marc Chagall,
Los murales tienen unos 9,1 m por 11 m. El que está ubicado en la pared sur presenta la obra El triunfo de la música, y el de la pared norte muestra la obra Las fuentes de música.
Estas obras pictóricas fueron utilizadas por la junta directiva de la Met en 2009 como garantía de un préstamo a largo plazo para obtener el forro protector de las mismas, puesto que se estima el valor de estas pinturas sea de unos $20 millones.
Son varios los pisos que abarca esta enorme pared de hormigón junto a una terraza en voladizo con una escalera que comunica la planta principal con los salones de nivel inferior y los pisos superiores.
Del techo del vestíbulo cuelgan once lámparas impresionantes tipo araña de cristal, que parecen constelaciones con lunas brillantes que iluminan todo el espacio.
Dentro del auditorio también se instalaron 21 de estas lámparas, la mayor de las cuales mide 5,5 m de diámetro.
Todas estas hermosas lámparas fueron una donación que hiciera el gobierno de Austria, como una especie de reembolso por la ayuda recibida de parte de Estados Unidos durante el Plan Marshall al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Fueron diseñadas por el Dr. Hans Rath de la firma J. & L. Lobmeyr de Viena.
Doce de las lámparas del auditorio se colocaron en tornos motorizados, que permiten su manipulación de manera de no interferir con la visibilidad del público de los niveles superiores.
J. & L. Lobmeyr efectuó en 2008 un mantenimiento de piezas y reformado o reemplazo de de cristales dañados o faltantes de las lámparas del vestíbulo, antes de la temporada del 125 aniversario de la Met.
En el vestíbulo también se encuentran las esculturas de Aristide Maillol y Wilhelm Lehmbruck. Asimismo, se pueden apreciar retratos de afamados artistas y reconocidos miembros de la empresa Met.
La parte frontal del teatro está revestido de 3.000 pies cuadrados de terciopelo sobre las paredes con adornos de oro, bronce, mármol italiano.
Los asistentes a la Metropolitan pueden disfrutar de un exquisito restaurante en el nivel Grand Tier, así como espacios para departir con clientes, artistas y miembros del gremio.
También se pueden observar otros espacios públicos de la ópera finamente decorados por diseñadores de interiores reconocidos de la época como Ángelo Donghia, William Baldwin y L. Garth Huxtable.
Auditorio
El auditorio fue construido con una capacidad de aforo de 3.975 puestos con 3.800 butacas y 175 de pie en seis niveles dispuestos en forma de abanico, por lo que es considerado el más grande de su tipo en el mundo.
Tiene como rasgo resaltantes el ofrecer a los asistentes el disfrutar de un servicio de subtítulos a seis idiomas frente a cada asiento.
Su decoración está basada en oro y color burdeos o púrpura con 4.000 cuadrados de hoja de oro que cubren el techo en forma de pétalo como especie de cúpula desde el cual cuelgan las 21 lámparas tipo arañas de cristal.
Un revestimiento de bubinga kevazingo reviste las paredes de la sala, el cual es una madera de palo de rosa que contribuye en gran medida con la calidad acústica del recinto.
Mucho se ha hablado de que este auditorio que es posible apreciar acústicamente pequeñas conversaciones y momentos de tranquilidad en la música se puede escuchar también en la parte superior del círculo de la familia (unos 146 pies (45 m) de distancia de la etapa).
Los conocedores del tema dicen que la Metropolitan es el único auditorio del Lincoln Center que no ha sido reconstruido por problemas acústicos.
Con referencia al proscenio o espacio del escenario del teatro más cercano al público, éste cubre una superficie de 16 m de ancho por 16 m de alto.
El fabuloso telón principal dorado está fabricado con tela damasco de la mejor calidad y se considera la mayor de su tipo en el mundo.
En cuanto a la fosa de ubicación de la orquesta, es muy espaciosa y abierta a todo el recinto con capacidad para un máximo de 110 músicos.
Por otro lado, el Met cuenta con el servicio de transmisión radiofónica en directo, siendo utilizado la primera vez el 25 de diciembre de 1931, cuando se escenificó la ópera Hänsel y Gretel de Engelbert Humperdinck.
Escenario
El Met cuenta con una de las infraestructuras más avanzadas tecnológicamente en el mundo del arte escénico. Su escenario es uno de los más grandes y complejos de este tipo en el mundo, con una embocadura cuadrada de 16 metros de ancho por 16 de alto, una profundidad de 24 metros y una torre escénica de 33,5 metros de altura sobre el suelo del escenario.
Si hablamos de sus dimensiones totales incluyendo el espacio lateral, el escenario mide 27 m de profundidad y 31 m de ancho. Posee un enrevesado pero preciso sistema de siete ascensores hidráulicos de 18 m cuadrados, con cubiertas dobles.
Se observan dos grandes espacios laterales y uno posterior para la fácil movilización de artistas y personal de apoyo.
El fondo del escenario tiene una placa giratoria de 18 m de diámetro que ayuda en la manipulación de material y movimiento de personal, además de elevadores, montacargas, tramoya y cicloramas, que son las telas panorámicas de gran tamaño, con una superficie curvada y de color uniforme ubicadas en el fondo y a los lados del escenario, que permiten la perfecta proyección de diversos efectos cinematográficos.
Este extraordinario escenario facilita la movilización de artistas, directores y ayudantes de manera cómoda y hábil según los requisitos del repertorio de la obra, lo que se ha traducido en monumentales montajes de óperas masivas de producciones complejas.
Es un espacio grande con estructuras y tarimas altamente mecanizadas que facilita los desplazamientos tanto de personas como de equipos e instrumentos sin problemas de hasta cuatro diferentes producciones de ópera cada semana.
Se trata de un efectivo sistema de escenarios con tramoyas y cicloramas que permite tener funciones casi todo el año.
Posee una embocadura cuadrada que mide 16 metros de ancho por 16 de alto, una profundidad de 24 metros y una torre escénica de 33,5 metros de altura sobre el suelo del escenario para mejor y mayor movilidad.
La superficie del auditorio equivale sólo a un cuarto de todo el edificio. Se incluyen espacios de almacenamiento masivo debajo del escenario, así como grandes talleres para la construcción y montaje de escenografía, vestuario, pelucas y equipos eléctricos.
Existen también áreas para oficinas, cocinas, una cafetería para los empleados y vestidor para directores, coro, supervisores, ballet y coro infantil, que rodean el complejo en varias plantas.
Existen dos grandes salas de ensayo, ubicadas tres pisos por debajo del escenario, las cuales tienen casi las dimensiones del escenario principal, lo que permite hacer un montaje casi real de los ensayos y para la orquesta.
Directores musicales principales del Metropolitan Opera House
A través de los años de existencia de la Metropolitan muchos han sido los directores musicales principales músicos, quienes destacan por ser todos de talla mundial que han brindado su aporte y conocimiento musical a las distintas representaciones que les ha tocado dirigir en las programaciones anuales de la Met.
Asimismo, han debido asumir un papel de liderazgo contundente en diversas ocasiones de la historia de la compañía.
Esta posición fue ejercida en la temporada inaugural de 1883-1884, por Auguste Vianesi, quien tuvo que realizar distintas funciones, incluso en la misma noche de apertura cuando fue incluido en los programas de mano como “director musical y director de orquesta”.
Con el tiempo se definió y estableció la figura de “director musical” para llevar adelante la representación de la compañía ante las instituciones, personalidades y artistas.
La Met ha contado también con muchos directores invitados famosos pero que no menciona en esta lista.
- Anton Seidl (1885–97)
- Walter Damrosch (1884–1902)
- Alfred Hertz (1902–15, director principal del repertorio alemán)
- Gustav Mahler (1908–10)
- Arturo Toscanini (1908–15)
- Artur Bodanzky (1915–39, director principal del repertorio alemán)
- Tullio Serafin (1924–34)
- Fausto Cleva (1931–71)
- Bruno Walter (1941–51, 1956, 1959)
- Ettore Panizza (1934–42, director principal del repertorio italiano)
- Erich Leinsdorf (1938–42, director principal del repertorio alemán)
- George Szell (1942–46)
- Cesare Sodero (1942–47)
- Fritz Busch (1945–49)
- Fritz Reiner (1949–53)
- Dimitri Mitropoulos (1954–60)
- Erich Leinsdorf (1957–62)
- Kurt Adler (1943–73, maestro de coro y director de orquesta)
- Rafael Kubelík (director musical 1973–74)
- James Levine (director musical 1976–2016; director artístico 1986–2004; director musical emérito 2016–2017)
- Valery Gergiev (director principal invitado entre entre 1997 y 2008)
- Fabio Luisi (director principal invitado entre 2010 y 2011; director principal 2011–2017)
- Yannick Nézet-Séguin (director musical actual desde 2018).