Códices Mixtecos: Origen, contenido y características

Actualizado el 20 septiembre, 2023

Con el nombre de Códices Mixtecos se identifican los documentos con un tipo de escritura específica. Los mismos han sido elaborados por los miembros pertenecientes a la cultura Mixteca en diferentes partes de México. En el presente artículo le mostraremos todo lo necesario acerca de estos documentos, incluyendo sus características principales y la historia detrás de ellos.

codices mixtecos

Códices Mixtecos

Los Códices Mixtecos son documentos especiales, puesto que el tipo de escritura que se encuentra en ellos es pictográfica, es decir, se representa por medio de símbolos que tienen cierto significado cuando se les traduce. Dichos documentos fueron creados por la cultura Mixteca, la cual existió a partir de los años 2500 A.C y concluyó durante los primeros años del siglo XVI, justo después de la conquista de los españoles.

Además, el pueblo mixteco se encontraba situado en diferentes partes de México: Puebla, Oaxaca y Guerrero, que para ese entonces era una zona de montañas conocida como La Mixteca.

En la actualidad todavía existen Mixtecos (indígenas pertenecientes a la cultura mixteca), que son los descendientes de México antes de la conquista y posterior a la colonización española, estos se encuentran en su gran mayoría en la ciudad de Oaxaca. Los mismos dejaron a disposición, diversos códices en donde se puede apreciar gran cantidad de información sobre su cultura y vida diaria en su totalidad.

Luego de la ya mencionada conquista española, los manuscritos que se lograron encontrar fueron: Códice Colombino-Becker, Códice Bodley, Códice Selden, Códice Nuttall  y Códice Vindobonense. Cabe destacar algo importante sobre el Códice Selden, que fue culminado para mediados del siglo XVI, sin embargo pertenece a la época de la cultura mixteca regia, esto se debe a que no hay ningún tipo de manipulación española entre sus líneas.

De esta manera nos encontramos entonces con cinco códices mixtecos, no obstante, la realidad es que son ocho. Esto se debe a que durante muchas épocas los manuscritos pasaron de escritor en escritor. Tomaremos como ejemplo el Documento de Nuttal, el mismo posee dos redacciones (una a cada lado) elaboradas por dos autores, contando historias muy diferentes, que no comparten ningún tipo de conexión y esto pasa en todos los códices que mencionamos anteriormente.

En esencia, los códices mixtecos cuentan la historia de un solo hombre y todo su linaje, generando lo que se podría considerar como un árbol genealógico en donde se muestra la vida y costumbres de una familia junto con sus descendientes futuros. Cada uno de ellos aborda un punto de vista muy específico y diferente a otro escrito por cualquier otro autor, sin embargo enriquece la perspectiva histórica al mostrar las tradiciones que en muchas oportunidades no coinciden con otras.

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A continuación, realizaremos un recorrido histórico de cada uno de los códices mixtecos enlistados, tomando en cuenta también sus características más representativas, con el fin de proporcionarle la mejor información sobre estos manuscritos especiales de México.

Características generales

En esencia, los códices mixtecos están cargados de una gran habilidad artística que hace relucir la dedicación del trabajo de todos aquellos autores que se tomaron la labor de escribir las historias sobre esta cultura.

Se sabe que los miembros del pueblo mixteco son reconocidos como los mejores artesanos que había para la época de La Mixteca. Su arte no se reducía a un solo lienzo, muchas de sus obras se pueden encontrar en las herramientas hechas de vidrio volcánico, en el cuarzo o hasta en la misma cerámica elaborada con diferentes figuras geométricas o bien símbolos propios de su cultura.

En estos diseños se puede encontrar reflejada la historia de su pueblo, puesto que cada uno de los símbolos que se graban en estos documentos y en los demás lienzos narran sus propias historias, tradiciones, alianzas, culturas, batallas y demás, por lo que más que un arte es un medio de comunicación para otras personas ajenas a ellos.

Esta cultura nos dejó a nuestra disposición en la actualidad una gran variedad de códices en donde se puede conocer de mejor manera un poco más acerca de ellos y su vida cotidiana. Algo particular sobre esta colección es que está libre de intervenciones de los españoles, a pesar de que estos fueron creados luego de la conquista, los escritores sobrevivientes de la colonización decidieron conservar características propias de su pueblo.

El líneas generales, los elementos que comparten cada uno de estos manuscritos identificados como códices mixtecos se pueden puntualizar de acuerdo a lo siguiente:

  • Todos están hechos en piel de venado.
  • Tienen casi el mismo tamaño de elaboración.
  • Los dobleces son iguales para hacer las páginas.
  • Todos poseen una fina cobertura blanca en donde se realizaban las ilustraciones y posteriormente se pintaban.

Códice Colombino-Becker

El Códice Colombino-Becker fue elaborado en la zona costera de La Mixteca en el siglo XII, específicamente en Tututepec que hoy en día es el estado de Oaxaca. En la actualidad no se tiene conocimiento sobre el nombre original en mixteco de este manuscrito, el título por el que se le reconoce corresponde a los dos individuos o quizá, instituciones que lo tuvieron antes.

El códice Colombino fue llamado de esta manera por la Junta Colombiana que tomó su posesión en el año 1891, mientras que el códice Becker, lleva el apellido del coleccionista alemán Philipp Joseph Becker, quien lo obtuvo en el siglo XIX.

Dicho códice fue dividido luego de la conquista española. Sin embargo, ambas partes estuvieron en La Mixteca hasta el siglo XIX, debido a la relación directa con la familia Villagómez, que pertenecía a un linaje de caciques de la zona. El fragmento de Becker fue llevado por el mencionado coleccionista y luego de fallecer fue donado al Museo de Etnología de Viena, en Austria.

Por su parte, el fragmento Colombino aún se encuentra en el país, específicamente en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia en la ciudad de México. Hasta los momentos, es el único manuscrito que se encuentra todavía en su territorio nacional.

Alfonso Caso, importante arqueólogo mexicano fue el responsable en revelar que ambos fragmentos constituían a uno solo, este acontecimiento fue dado a conocer en el año 1996 por el filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla, en esta publicación se menciona que ambos manuscritos llevan el nombre de Códice Alfonso Caso, sin embargo esto no es muy recordado por lo que el título no se utiliza para referirse a ellos.

De igual manera, estos códices mixtecos son conocidos por otros nombres como: códice de Tututepec y códice Iya Nacuaa, este último en referencia al nombre del cacique mixteco Ocho Venado, cuya historia es contada en el Becker.

La primera vez que se dio a conocer este códice fue en el Atlas de la obra Antigüedades mexicanas (1892), dicho libro fue presentado por la Junta Colombina de México. Muchos escritores e historiadores tanto nacionales como extranjeros, incluyendo al inglés James Cooper Clark en el año de 1912, lo emplearon con el fin de reconstruir la historia del cacique Ocho Venado.

No obstante, no fue sino hasta el año 1966 cuando Alfonso Caso, con la colaboración de la investigadora Mary Elizabeth Smith, publicó el primer estudio detallado bajo la tutela de la Sociedad Mexicana de Antropología.

De igual manera, el estudio de estos dos fragmentos de manuscrito han permitido a muchos expertos de la materia avanzar en sus carreras, mientras que otros se toman la tarea de seguir realizando una traducción más leal a lo expresando en cada uno de los códices mixtecos y dedicarse a lo mismo con los otros documentos que fueron encontrados.

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Características

Este códice fue diseñado en piel dura de venado y doblado en forma de biombo (un estilo de puerta japonesa). Todo junto forma un total de 40 láminas, divididas en 24 partes para el fragmento Colombino y en 16 para el Becker, no obstante, se debe tener en cuenta que hay algunas láminas faltantes del inicio, intermedio y el final. Cada una de las partes en ambos fragmentos miden un aproximado de 19.5 cm de alto por 25.5 cm de largo, dando un total de 605.5 cm para la sección Colombina y 408 cm para el fragmento de Becker.

La parte superior del manuscrito está sellada con una fina capa de yeso blanco, también conocido como estuco, esto con el fin de crear una superficie resistente para el diseño de las ilustraciones. La escritura pictórica en el códice se puede apreciar con deterioro debido al paso de los años, además de algunos intentos por eliminar algunas de los gráficos expuestos en la sección superior.

Este tipo de manuscrito se puede considerar como parte de un subgrupo en el estilo pictórico de la cultura mixteca. Con respecto a la paleta de colores implementada, los tonos utilizados optan más por una expresividad firme (distintas tonalidades de colores oscuros en su mayoría), ya que van acorde a lo esperado para este tipo de escritura. Además las imágenes van contorneadas por el color negro, dando una mayor vistosidad a los detalles de las mismas.

Los diseños plasmados en estos códices mixtecos no siguen una perspectiva determinada, esto se debe a que los mismos están cargados de un significado específico impuesto por la misma cultura que los creó. Para realizar la lectura se usa el método bustrófedon, que va de derecha a izquierda y viceversa alternando, iniciando por la sección inferior izquierda y subiendo en forma de zigzag hasta la sección siguiente. Una vez allí, se realiza el descenso con el mismo movimiento, finalizando en la parte inferior derecha.

Las ilustraciones fueron hechas en los códices con una pintura adhesiva a base de agua, se presume que pudo haber sido de origen vegetal. El contorno oscuro de las imágenes es a base de un pigmento del carbón. En cuando al color amarillo empleado, se tiene la hipótesis de que pudo originarse de un colorante vegetal.

Con respecto al color azul, pertenece a la categoría maya, el cual es preparado a base de un colorante vegetal, el índigo o añil, mezclado con una arcilla. Las tonalidades verdes se dan a partir de la unión de los tonos azules con el amarillo creado por ellos. Por ahora se desconoce el origen de los tonos rojizos en los documentos.

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Historia

Como bien se había mencionado, el códice colombino-Becker fue creado en las zonas costeras de La Mixteca en el siglo XII, en donde actualmente se ubica la ciudad de Oaxaca. Desde que se creó hasta un poco más del siglo XII, este manuscrito estuvo al cuidado de los pobladores de Tututepec. En él se pueden contemplar ciertas anotaciones, las mismas pudieron escribirse para el año 1541, con el propósito de volver al códice un manuscrito catastrófico. Para esa fecha se estima el momento en que el documento fue divido en Colombino y Becker.

Fragmento Colombino

El códice Colombino permaneció en la región de La Mixteca después de ser dividido. Se empleó durante una disputa por tierras en el distrito oaxaqueño de San Miguel Sola en 1717.

A partir de 1863 el manuscrito comenzó a cambiar de dueño constantemente, al inicio se encontraba en posesión de Manuel Cardoso, y después perteneció algunos años a Alfredo Chavero, quien lo vendió luego a Joseph Dorenberg, un comerciante alemán que vivía en la ciudad de Puebla. En 1891 el códice Colombino pasó a manos de la Junta Colombina (de ahí el nombre), creada por el presidente Porfirio Díaz con el propósito de organizar las celebraciones del cuarto centenario del descubrimiento de América.

El manuscrito pasó luego a manos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fundado en 1939. Este mismo organismo fue quien lo depositó en la Bóveda de Documentos Pictográficos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia en la ciudad de México, bajo el número 35-30. En el 2009 el INAH permitió que se digitalizaran por completo cinco códices de su colección, entre ellos el códice Colombino, que ahora puede consultarse de manera gratuita y en su totalidad en la Biblioteca Digital Mundial.

Fragmento Becker

El manuscrito de Becker tiene un contenido menor a comparación de su parte complementaria. Como bien se mencionó antes, este fragmento perteneció a una familia de linaje cacique, conocida como Aja Villagómez durante el siglo XIX. Según Henri de Saussur, un estudioso del mundo de los insectos, en el año 1852 este fragmento fue presentado por un cacique con el fin de reclamar las tierras de Tindu que le pertenecían por derecho. El abogado de este lo convenció de que se lo entregara, luego lo vendió al coleccionista alemán Philipp Joseph Becker,​ que se encontraba en ese momento en Puebla.

Luego de esto, el coleccionista lleva el códice a Alemania en donde lo exhibe con el resto de sus colecciones en su casa en Darmstadt, hasta su muerte en 1895. Después pasa a manos del compositor austriaco George Haas quien lo dona al Museo de Etnología de Viena.

Para mayo del año 2010 el Instituto Nacional de Antropología e Historia fue el encargado de hacer la digitalización de este y otros documentos importantes de la época, para luego ser admitidos como bienes de la Biblioteca Digital Mundial y a la futura Biblioteca Digital Mexicana. Si esto se logra, las traducciones estarían libres de consultarse desde cualquier lugar del mundo.

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Códice Bodley

La historia de este códice es desconocida antes del siglo XVII, que fue cuando llegó a manos de la Biblioteca Bodleian en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Fue entonces cuando Eric Thompson, un arqueólogo británico, le comentó al ya nombrado Alfonso Caso que dicho manuscrito había pertenecido al Obispo Heronymous Osorius de Faro, en Portugal.

Thompson argumenta que fue Robert Devereux, el Conde de Essex, quien había logrado robar este documento durante una intervención policial en Portugal para entregárselo a su compañero Thomas Bodley, un diplomático inglés.

Sin embargo, esta historia no se ha confirmado por ningún medio, aunque parece muy creíble. El momento en el que sucede todo esto es durante el contraataque por la invasión fallida de Felipe II a Inglaterra en 1582. Las bases navales de la zona India Occidental junto a otras unidades, estaban siendo saqueadas por toda la costa Atlántica Continental, cerrando con el ataque a Cádiz, España en 1596.

Así como su historia, la manera en que este documento fue elaborado se desconoce hasta los días de hoy, no obstante se puede afirmar cierto tipo de información sobre lo que se encuentra plasmado en el mismo.

Por ejemplo, se certifica que este códice fue escrito pasados los años 1500 D.C, puesto que las personas de las historias reseñadas al final de este, para ese momento seguían vivas. Otro dato a destacar es que este documento comparte un personaje con el códice Colombino- Becker, el cual es el gobernante mixteco Cuarto Venado, cuya historia queda expuesta en la lámina 20.

El estilo de las ilustraciones de este manuscrito es una combinación del pueblo mixteco de la zona de Puebla, dado que en este existe una falta en la narrativa histórica que se puede complementar con la expuesta en el códice Nuttal si se asocia con las historias, rituales y mitos, además de que guarda ciertas similitudes con el códice Selden.

Siguiendo esta misma línea de ideas, dichas similitudes entre ambos documentos radican en el estilo de simplificar lo más posible el recorrido histórico de las familias representadas en ellos. Añadiendo que en este documento se ve la escasez con referente a las imágenes de personas y sus vestimentas habituales y tradiciones, así como ilustraciones en donde se podrían apreciar los diferentes aspectos de los rituales típicos y ubicación en la geografía, nada de lo mencionado aparece en este manuscrito como lo haría en el Nuttal o en el códice Vindobonensis.

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A la hora de estudiar la escritura utilizada en este códice, la traductora Mary Elizabeth Smith argumenta que este documento en cuanto a su estilo pictórico se extendió de manera amplia en todo el suceso de la colonización española, dando como resultado la unificación de muchas otras genealogías posteriores, mapas y otros aspectos de la mixteca colonial. También se reporta que el estilo de lectura del códice Bodley es muy restringido, lo que probablemente no ayudó a la captación de un público.

El arqueólogo Alfonso Caso fue el encargado de hacer la explicación acerca de la estructura física del manuscrito. Describe que el mismo fue elaborado en una especie de tira de piel de venado de 22 pies de largo y 10 pulgadas de ancho, luego se procedió a realizar los dobleces para las páginas individuales.

Fue recubierto con una fina capa blanca y después separado por unas bandas rojas puestas de manera horizontal, la parte de atrás está dividida por cinco bandas mientras que en la parte frontal son cuatro. Con respecto a la numeración de las páginas, es un proceso que aún se está llevando a cabo por los expertos.

A pesar de que este códice no es tan conocido como cualquier otro y que posee una lectura muy compleja para muchos, no quita que el mismo posee un contenido de información invaluable a cerca de las vivencias y narrativas de La Mixteca de Oaxaca durante los siglos X y XVI después de Cristo. Muchos estudiosos de los códices mixtecos han intentado vincular las historias reflejadas en este con algún pueblo en particular, pero es algo realmente difícil debido a la complejidad que presenta.

Códice Selden

El códice mixteco Selden se encuentra ubicado en la Biblioteca Bodleian en la Universidad de Oxford. Dicho establecimiento se otorgó a través del testamento de John Selden, quien se desempeñó como jurista, anticuario legal y escolar oriental. Por otro lado, el señor Kingsborough reconocido anticuario, fue el encargado de realizar una interpretación artística del documento en su monumental serie de diez volúmenes titulada Antigüedades de México, publicadas entre 1831-1848.

Selden fallece en el año 1654, no obstante, al explorar las páginas de este manuscrito se encuentra que la última fecha en donde se escribió corresponde al año 1556 D.C. Luego se encuentra otra fecha en la cubierta del documento apuntando al año 1560.

Hasta el sol de hoy no se tiene idea de cómo este manuscrito pasó de La mixteca de Oaxaca a las manos del anticuario. Mary Elizabeth Smith comenta que este documento pudo ser realizado por la comunidad de Jaltepec, ubicada en el valle Nochixtlán del sur como una manera de representar las represalias de la policía española hacia el pueblo reprimido.

Dicho pueblo es conocido como Zahuatlán, este se encuentra ilustrado en los códices mixtecos como una montaña en donde hay un hombre bailando, esto con el fin de simbolizar lo que su nombre significa: ”Colina del Danzó”. Cabe añadir que los pueblos de Jaltepec y Yanhuitlán, eran los enemigos principales en el valle Nochixtlán del norte, ambos se disputaban el pueblo. Tanto los hombres como mujeres de Zahuatlán aparecen en el códice rindiendo homenaje, realizando un casamiento o siendo sometidos por algún miembro de Jaltepec.

Códice Nuttall

Siguiendo con la lista de los códices mixtecos, este en particular se dispone en dos partes: en la primera parte se ven reflejadas la vida, conquistas y hazañas del gobernante mixteco Ocho Venado, mientras que en la segunda sección se cuenta la historia de la dinastía de Tilantongo (el centro político de La Mixteca de Puebla) y Teozacoalco.

Este documento es considerado uno de los seis manuscritos más importantes de todo el período de La Mixteca, puesto que contiene mucha información de relevancia sobre México durante la conquista de los españoles.

Aún no se conoce la fecha exacta en la que este documento fue creado, sin embargo se hace la suposición de que fue durante el siglo XIV en la población de Tilantongo. También se destaca que la segunda parte del manuscrito está más actualizada que la primera sección, por lo que es posible que se haya realizado en Teozacoalco a principios del siglo XV.

Características

El manuscrito en general es un libro muy largo, al igual que el primer códice mencionado, se debió doblar como un biombo y fue hecho a color por ambos lados. El mismo se forma por medio de la unión de 16 tiras de piel de venado. Una vez integrado, este es una tira amplia de 11.41 m de largo; tanto sus hojas como las páginas resultaron de los dobleces con la técnica ya hablada.

De esta forma, cada tira mide un aproximado de 24.3 cm de ancho por 18.4 cm de alto. Este documento posee un total de 94 láminas, 47 de cada lado. Las 42 primeras páginas del documento fueron pintadas de manera frontal y las demás por detrás.

La superficie de cada una de las páginas esta recubierta por una delgada capa de estuco que permite la integración de las pinturas. Además, el estuco permite realizar algunas correcciones sobre las láminas. Para ambas partes del manuscrito se utilizaron tintes naturales de color rojo, amarillo, azul, morado, café, ocre y negro.

Historia

No hay mucha información sobre cómo este documento salió de México, no obstante se conoce que este se encontraba en el Monasterio Dominico de San Marcos en Florencia, Italia en 1845. Más tarde, en el año 1859 estuvo en la disposición de John Temple Leader un político inglés, que se encontraba en Florencia, cuando decidió comprarlo en el monasterio y enviarlo a su colega Robert Curzon, como obsequio por ser nombrado con el título de barón Zouche.

El mismo residía en Inglaterra y era poseedor de muchas reliquias antiguas. Tras la muerte del hombre en 1873 la colección fue heredada por su hijo, quien lo otorgó al Museo Británico de Londres.

Ya en el año 1902 la investigadora Zelia Nuttall recibió un permiso para estudiarlo. Gracias a ella, la primera publicación de su traducción fue realizada en la inauguración del Museo Peabody de la Universidad de Harvard, no obstante, las ilustraciones fueron hechas por un artista anónimo. Fue este museo el responsable de hacer el nombramiento de este códice mixteco, en honor y agradecimiento a la dedicación de la mujer.

Códice Vindobonense

El códice Vindobonense al igual que los mencionados manuscritos, fue elaborado después de la conquista de los españoles en México en La Mixteca de Oaxaca o también conocida como La Mixteca Alta. Su nombre proviene de la ciudad de Viena en Austria que en el idioma latín sería ”Vindobona”, hoy en día este documento se encuentra en la Biblioteca Nacional Austriaca desde el año 1677.

Este documento está conformado por 52 páginas plegadas que muestran ilustraciones pintadas sobre dioses, pájaros, animales y plantas floreciendo. En él se puede encontrar de manera enriquecedora una perspectiva completa acerca de la estructura de los templos, reflejada en colores muy llamativos. También se complementa mostrando los espacios destinados para jugar pelota usando colores brillantes.

Dicho manuscrito es diferente a los códices mixtecos antes presentados, puesto que en este se narra con sus imágenes sobre los orígenes de los pueblos y los dioses mixtecos. El mismo es un relato que ha sobrevivido al pasar de los años luego de los sucesos de la conquista española.

En él se puede apreciar la aparición de las primeras parejas divinas de mayor edad que residían en el cielo, hasta que se organizó de nuevo el mundo a través de unos rituales impuestos por el Dios Nueve Vientos, cuyas rutinas de aseo e insignias se asemejan a las establecidas en náhuatl de Ehécatl (dios del viento en la mitología de México).

Siguiendo con el anterior relato, en las primeras 39 páginas de la sección frontal de este documento se muestran algunas escenas en donde se aprecia que el Dios Nueve Vientos fue el responsable de la creación de la lluvia, el sol, la tierra, los reinos con sus linajes y el árbol consagrado que dio vida al hombre, también tiene un papel fundamental en las ceremonias de dedicación y la fundación sobre los caminos que depara el universo mixteco.

Al tratarse de un documento realizado hace tantos años por una escritura diferente no se cuenta con algunos recursos para poder realizar una traducción precisa que facilite el entendimiento de lo plasmado en él, por ejemplo existen ciertos símbolos y términos que en la actualidad no se dan con la traducción correcta, entonces se utiliza la que más se asemeje al contexto tratado.

No obstante, hay un libro en particular que plasma de la mejor forma posible cómo pudo haber sido la lectura de lo escrito en dicho códice mixteco, este texto fue realizado por un religioso llamado fray Gregorio García.

Al adentrarnos en el capítulo cinco nos topamos con el título ”Origen de los indios del Nuevo Mundo” en este apartado ocurre algo peculiar, muchos expertos afirman que lo narrado aquí posee una gran cantidad de similitudes con lo expresado en el códice Vindobonense al hablar sobre la creación del mundo mixteco. Para finalizar ofrecemos un extracto corto de este:

”Del origen de los indios mixtecos. En el año, y en el día de la obscuridad, y tinieblas, antes que hubiese días, ni años, estando el mundo en grande obscuridad, que todo era un caos, y confusión, estaba la tierra cubierta de agua, solo había limo, y lama sobre la faz de la tierra. En aquel tiempo, fingen los indios, que aparecieron visiblemente un Dios, que tuvo por nombre Un Ciervo, y por sobrenombre Culebra de León; y una Diosa muy linda, y hermosa, que su nombre fue Un Ciervo, y por sobrenombre Culebra de Tigre. Estos dos dioses dicen haber sido principio de los demás dioses, que los indios tuvieron… que con su omnipotencia, y sabiduría, hicieron y fundaron una grande peña, sobre la cual edificaron unos muy suntuosos palacios, hechos con grande artificio, adonde fue su asiento y morada en la tierra… Estando, pues, estos dioses, padre, y madre de todos los dioses, en sus palacios, y corte, tuvieron dos hijos varones muy hermosos, discretos, y sabios en todas las artes.”

Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información brindada acerca de los códices mixtecos haya sido de su agrado. Le invitamos a leer también: Cacaopera y Coyaima