Actualizado el 20 septiembre, 2023
La primera guerra púnica sentó el precedente para que los romanos establecieran finalmente el Imperio Romano. La razón de ello es que tenían ahora el poderío militar más grande del continente y de gran parte del Mediterráneo. Se puede decir que la Batalla de las Islas Egadas es el principio del Imperio Romano y el Fin de la Primera Guerra Púnica.
¿Dónde fue la Batalla de las Islas Egadas?
La batalla de las Islas Egadas fue un enfrentamiento militar naval el cual tuvo lugar el 10 de marzo del año 241 antes de Cristo (a.C). Dicha disputa se llevó a cabo entre las fuerzas cartagineses quienes eran dirigidos por Hannón el Grande y el ejército romano encabezado por Cayo Lutacio Cátulo. Esta batalla acabo con el bando romano como victorioso siendo un enfrentamiento decisivo para poner fin a la primera guerra púnica.
Ahora bien, las islas Egadas o conocidas también como islas Ágatas son un archipiélago de Italia compuesto por pequeñas islas montañosas. Este archipiélago se encuentra en frente a la costa occidental de la isla de Sicilia justo sobre el límite entre las aguas del mar Mediterráneo y del mar Tirreno.
Batalla de las Islas Egadas
Considerada como el fin de la Primera Guerra Púnica, la Batalla de las Islas Egadas fue un evento decisivo que marcaría el inicio también del Imperio Romano. Dentro de esta batalla hay aspectos que merecen la pena conocer como por ejemplo los ejércitos que se enfrentaron, sus comandantes y las naves usadas. A continuación comentaremos un poco más acerca de estos importantes puntos.
Ejércitos
Como en el transcurso de la Primera Guerra Púnica, los ejércitos que se enfrentaron en la Batalla de las islas Egadas fueron los ejércitos Cartaginenses quienes defendían el Cartago y el ejercito Romano quienes con esta victoria lograron afianzar al temido Imperio Romano.
Comandantes
El ejercito cartagineses estaba comandado por Hannón el Grande mientras que, los romanos tenían como su comandanta a Cayo Lutacio Cátulo. Es importante mencionar que los Romanos duraron un buen periodo de tiempo preparándose para una batalla de esta magnitud por lo que, se piensa que fue la clave para esta decisiva victoria.
Barcos
El quinquerreme era un barco de guerra que era impulsado por 5 hombres en cada remo. Esta nave fue desarrollado a partir del trirreme. Este buque de guerra fue usado tanto por la flota cartaginesa como por la flota romana durante la Batalla de las Islas Egadas.
Ahora bien, es importante destacar que no existen descripciones explícitas o bien restos arqueológicos de quinquerremes, es por ello que, hoy en día aun se desconoce de forma precisa como se construyeron estas imponentes naves. Sin embargo, hay historiadores que aseguran que el número que se usaba para describir a estas naves de guerra tomaba en consideración el número de filas de hombres que tomaban el remo en cada lado de la nave en vez de propiamente el número de remos.
Ahora bien, tomando en cuenta esta teoría, existen entonces muchas posibles teorías en torno los diseños de quinquerreme. La primera teoría gira en torno al orden de remeros a cada lado de a nave, siendo entonces cuatro hombres quienes se disponían dos hombres a cada lado y en un orden superior colocaban a dos hombres más.
Otra teoría, siendo la más aceptada para esta nave, concibe a tres hombres en el orden inferior y dos hombres en el orden superior, de esta forma se obtenían los 5 hombres en cada remo para impulsar la nave. Según algunos datos recopilados por el historiador griego Polibio, la tripulación de un quinquerreme constaba de 300 remeros, 120 soldados y 50 marineros.
¿Cuáles fueron los motivos de la Batalla de las Islas Egadas?
Los años que pasaron antes de la Batalla de las Islas Egadas fueron de mucha calma. La principal razón de ello es que Roma carecía de flota ya que una gran parte de sus naves fueron destruidas en el marco de la Batalla de Drépano y en la tormenta que los sorprendió luego de la Batalla de Phintias. Luego de ambos eventos se estima que no más de 10 barcos regresaron a puertos romanos.
Por su parte, Cartago tomaría una pequeña ventaja de esta situación, sin embargo, pudieron haber hecho más. Los combates entre las fuerzas romanas y cartaginesas se estancarían de forma gradual, iniciándose entonces pequeñas incursiones en la isla de Sicilia. El general cartaginés Amílcar Barca tomó decisiones lentas y tardías al momento de imponer su superioridad en Sicilia. Se piensa que por este mal manejo de las flotas, en el año 242 a. C. los romanos decidieron construir una nueva flota y retomar nuevamente su supremacía marítima.
Sin embargo, Roma atravesaba un momento crítico a nivel de finanzas, incluso se habían declarado en bancarrota. La razón de esta quiebra eran los 20 años que tenían en guerra y las constantes pérdidas de suministros, hombres y equipos para la guerra.
Pese a ello, se desarrolló un movimiento popular el cual permitió contrarrestar esta crisis financiera. Este movimiento liderado por los ciudadanos ricos quienes de forma individual y muchas veces en grupo, demostraron su patriotismo y donaron a la causa para financiar la construcción de un barco por cada hombre rico en el imperio romano.
Como resultado de esta generosidad, se pudieron construir en tiempo récord unos 200 quinquerremes y lo mejor de ello fue que no se necesitaron el dinero recolectado por los tributos. Esta nueva flota se completó en el año 242 a. C. y fue además confiada al cónsul Cayo Lutacio Cátulo. Es importante mencionar que las derrotas navales sufridas en el pasado fueron un gran aprendizaje para enfrentar mejor a los cartaginenses.
Las nuevas naves romanas eran ahora mucho más resistentes a las adversidades climáticas, dejaron de lado el uso del corvus, se piensa que este elemento fue el causante del desastre sufrido con la tormenta luego de la Batalla de Phintias. Por otro lado, Cátulo sólo tuvo que esforzarse en instruir a las tripulaciones en maniobras y ejercicios antes de dejar el territorio romano y adentrarse mar adentro. Como resultado de estas mejores, los romanos obtuvieron una flota mucho mejor que las de años anteriores y con mejores capacidades militares.
Mientras tanto, en Cartago las noticias de las actividades enemigas no fueron recibidas en vano. Luego de un período de cese de producción, decidieron construir una nueva flota la cual se estima que era de unas 250. Esta flota navegó por el mar Mediterráneo bajo las órdenes de Hannón el Grande quien no tenía buenos antecedentes puesto que había sido derrotado en las Batallas de Agrigento y la del Cabo Ecnomo.
Desarrollo de la batalla
El primer movimiento de comandante Romano Cátulo fue sitiar la ciudad siciliana de Lilibea la cual en la actualidad se conoce como Marsala. Esta ciudad, una vez más, fue bloquea en su puerto y su conexión con Cartago. Con este movimiento se buscaba cortar las líneas de comunicación y también al tránsito de suministros para Amílcar Barca. Para el resto del año, Cátulo esperó por la respuesta cartaginesa.
Por su parte, la armada cartaginesa arribó a Lilibea para aliviar el bloqueo el año siguiente, es decir, en el año 241 a. C. Hannón el Grande ancló cerca de las islas Egadas con la finalidad de esperar que los vientos fuesen favorables y que lo pudiesen llevar a Lilibea sin problemas. Sin embargo, la flota cartaginesa sería descubierta por exploradores romanos y Cátulo se vio en la obligación de liberar el bloqueo para enfrentarse a las fuerzas cartaginesas.
En la mañana del 10 de marzo, el viento sopló en favor de los cartagineses y Hannón el Grande izó las velas rápidamente. Por su parte, Cátulo ya había medido los riesgos que guiaban en torno a correr para atacar con el viento en su contra o bien el riesgo que representaba dejar llegar a Hannón a Sicilia para así encontrarse con Amílcar Barca.
Pese a que las condiciones no eran favorables para los romanos, los mismos decidieron interceptar a Hannón el Grande. Para ello, Cátulo ordenó a su fuerza naval ordenarse en una formación de ataque. También le pidió a sus navegantes que quitaran los mástiles, velas y cualquier equipo que no fuese necesario para hacer más livianas las naves en las condiciones desfavorables del momento.
Es importante mencionar que Cátulo no podía unirse a la batalla ya que, había sufrido unas lesiones recientes derivadas de un combate. Es por ello que, en la Batalla de las Islas Egadas, la flota romana fue comandada por el segundo al mando, el pretor Quinto Valerio Faltón.
Con las ordenes dadas por Cátulo, tuvieron unas naves más livianas que le otorgaron una gran movilidad y agilidad en el agua. Un punto importante a destacar es que los cartagineses estaban cargaos con provisiones y equipos muy pesados hecho que los hacía más lentos y por ende con menor movilidad. Por otro lado, la tripulación cartaginesa había sido reclutada de forma apresurada por lo que, habían sido poco entrenadas.
Fácilmente la armada romana ganó una muy buena posición para atacar, emplearon la dureza de sus barcos para embestir la flota cartaginesa. Se estima que cerca de la mitad de la flota cartaginesa fue destruida o capturada. Las naves restantes se salvaron gracias a un cambio abrupto en la dirección del viento la cual aprovecharon para huir.
Consecuencias de la Batalla de las Islas Egadas
Luego de la victoria romana sobre las fuerzas cartaginesas, el comandante Cátulo renovaría el sitio y conquistó Lilibea. Con ello, obligó Amílcar y a su ejército que se encontraba en Sicilia a huir a las pocas fortalezas que aún controlaban en Cartago.
Las fuerzas del Cartago se encontraban sin recursos para construir una nueva flota o incluso para poder reforzar las tropas terrestres. Ante esta situación, Cartago admitió su derrota y firmó un tratado de paz con Roma dando así fin a la primera guerra púnica. Para celebrar esta victoria, Lutacio Cátulo construyó un templo en honor a Juturna en el campo de Marte.
En este artículo pudimos conocer sobre la Batalla de las Islas Egadas, la misma se libró entre los ejércitos del Cartago y de Roma teniendo como triunfadores a estos últimos. Con esta victoria, las fuerzas del Cartago quedaron en una posición desventajosa lo que hizo firmar un armisticio para cesar las hostilidades, el secreto de esta victoria romana fue aprovechar la generosidad de sus ciudadanos y las buenas decisiones tomadas por su comandante. También te pueden interesar los siguientes artículos:
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